Bloqueo en Autopista del Sol exhibe divisiones al interior de la CETEG

Ezequiel Flores Contreras
Proceso

CHILPANCINGO. Gro. (apro).- Después de seis horas, integrantes del magisterio disidente y normalistas levantaron el bloqueo que mantenían sobre los cuatro carriles de la Autopista del Sol, al sur de esta capital, para exigir justicia a dos meses de la desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa.

La acción exhibió una fractura interna en la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG), luego de que el dirigente del magisterio disidente, Reyes Ramos Guerrero, ordenó que se retirara el contingente de profesores procedentes de la región Montaña, argumentando que el compromiso con el gobernador interino Rogelio Ortega era de obstruir la vía sólo tres horas.

En respuesta, los cetegistas de las regiones de Costa Chica y Centro reprocharon la decisión de Ramos Guerrero y decidieron quedarse en el lugar, mientras que Mario González, padre del normalista desparecido de Ayotzinapa, César Manuel González Hernández, reprochó el repliegue del contingente de la Montaña.

“Estamos limpiando su estado y ojalá ustedes no tengan que vivir la pérdida de un hijo, yo le pido que no se vayan pero se los dejó a su conciencia”, les dijo el padre que lleva dos meses buscando a su hijo y a los 42 normalistas de Ayotzinapa que siguen desparecidos.

El reclamo de Mario González, obligó a los cetegistas de la Montaña a mantenerse en el bloqueo donde padres de las víctimas, normalistas y docentes se manifestaron en contra de la indolencia gubernamental frente al caso Ayotzinapa.

Los profesores también mantenían cerrada la carretera libre Chilpancingo-Acapulco, así como las vías que comunican a los municipios aledaños de Mochitlán y Quechultenango.

El bloqueo a la vía de comunicación federal inició alrededor de las 10:40 horas, en el punto conocido como El Parador del Marqués, donde hace tres años fueron asesinados dos normalistas de Ayotzinapa durante un desalojo realizado por policías federales y estatales, crimen que permanece impune.

Cerca de 500 profesores y estudiantes armados con palos atravesaron unidades de transporte pesado sobre la vía de comunicación y se mantuvieron a la expectativa ante el eventual arribo de policías federales y estatales, luego de que autoridades del gobierno federal advirtieron que no permitirían más bloqueos carreteros.

La masacre y desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa mantiene hundida a la entidad en una crisis de ingobernabilidad y vacío de poder proporcional al nivel de inseguridad, impunidad y violencia.
La clase política local se mantiene arrinconada ante las protestas ciudadanas en contra de los símbolos de lo que han denominado como “la narcopolítica”.

En tanto que el gobernador Rogelio Ortega se ha limitado a hacer llamados a la paz a través medios de comunicación.

En respuesta, los padres de los estudiantes desaparecidos han insistido en señalar que las autoridades no pueden hablar de paz mientras no exista justicia.

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