Fernando Inés Carmona
La Jornada
La Perla, Ver.- La inefectividad de la Cruzada Contra el Hambre en el municipio de La Perla ha incrementado de forma alarmante los índices de pobreza en dos años; la tienda y cocina comunitaria que el programa patrocinó ya “quebraron”, lo que terminó con las esperanzas de comunidades para una vida mejor, refieren mujeres habitantes de la comunidad Metlac de Hernández.
En menos de dos años los programas que impulsó el gobierno federal para atender los problemas de hambre y desempleo en la sierra del Pico de Orizaba fracasaron. “No hay resultados positivos”, resume Margarita Hernández, de esa comunidad, considerada como una de las regiones del estado en donde la pobreza es lacerante y la tasa de migración hacia Estados Unidos es alta.
Los beneficios “fueron para unos cuantos. El resto de los que habitamos en esa región no se nos toma en cuenta. No hay apoyos suficientes para salir de la pobreza”. El mejor ejemplo del desastre de los programas sociales “es el cierre de la tienda y cocina comunitaria que con la Cruzada Contra el Hambre se instalaron en la comunidad. No hubo los resultados que ellos esperaban y ahora son centros inútiles”.
Esto motiva y repunta la pobreza extrema y marginación, que sumerge a las familias que viven en medio del engaño y falsas esperanzas. “Nos dijeron que se nos ayudaría para salir de la pobreza. Volvimos a creer y no tuvimos nada”.
Otro de los ejemplos es la forma discriminatoria en la que funcionarios de la delegación de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) ejecutaron los programas que “se supone” son para las familias de la comunidad, “te dan seis hojitas de lámina, pero no a todos porque quienes simpatizan con el PRI fueron señalando y seleccionando a quienes recibirían el apoyo. Al resto nos dijeron que nos iban a dar, nos prometieron y no cumplieron. A los beneficiados les prometieron techos enteros, viviendas y otros apoyos más y nunca llegaron”.
En La Perla “la mayor parte de la población se dedica al campo y las mujeres somos amas de casa que esperamos a que el esposo traiga de comer, pero ahora ya cada día les pagan menos,80 pesos por día, y no todos los días tienen jornal, a veces no les pagan”.
La discriminación del programa “se da con el hecho de que llegan presuntos encuestadores de Sedesol, pero de nada sirve porque no cumplen con las ofertas hechas. Son muy pocas las casas que han ido a ver y que han recibido los apoyos, pero no les dan completo, porque sólo les dan dos paredes, sus hojitas de lámina y un poco para el piso, y eso no alcanza. Las mujeres tuvimos que regresar a nuestra anterior actividad que es la venta de follaje y yerbas que plantamos en nuestros terrenos para ayudarnos económicamente, aunque a veces sufren pérdidas por las inclemencias del clima”.
