Raquel Rivas Rodríguez / El Economista
El proyecto de la calle Masaryk busca posicionar a la avenida en el top 20 de las calles más caras del mundo y lograr que los mexicanos, con alto poder adquisitivo, acudan a Polanco a realizar sus compras en lugar de visitar otras zonas e incluso países.
“Nuestra competencia está allá (Nueva York, San Diego, Miami), acá al contrario, tenemos que unir fuerzas”, dijo Niobe López Ostolaza propietaria de Frattina, una tienda dedicada al mundo del retail de ropa de moda importada.
Niobe López Ostolaza cuenta que el autor del proyecto fue el director de arquitectura de la universidad Anáhuac, el arquitecto Bernardo Gómez Pimienta junto con la Asociación de Propietarios de Inmuebles Masaryk (PIM).
“La propuesta se presentó ante la delegación y se decidió arreglar los 3.2 kilómetros que abarca Masaryk”.
Según estimaciones de la Delegación Miguel Hidalgo, las obras de rehabilitación del corredor comercial Masaryk, en Polanco, tienen una inversión de 463 millones de pesos.
La remodelación de Masaryk se centra en cinco puntos fundamentales que buscan la recuperación del espacio público:
- Quitar todas las instalaciones aéreas y pasarlas a subterráneas.
- Ofrecer accesibilidad universal para que cualquier persona pueda recorrer la calle sin problema.
- Realizar la calle de concreto para reducir el mantenimiento y hacerla más sustentable.
- Recuperar la vegetación de la zona.
- Colocar inmobiliario nuevo más eficiente.
“Es una calle que va a funcionar mucho mejor y será un ejemplo de accesibilidad y de recuperación del espacio público. Es un ejemplo de cómo la ciudad se puede mejorar“, dijo el arquitecto Bernardo Gómez Pimienta.
“Obviamente las ventas están muy disminuidas porque el tránsito ha bajado”, dijo López Ostolaza y señaló que las visitas a la tienda habían bajado 40% y en ventas habían sufrido una reducción del 30% desde que comenzaron en enero las obras.
“Creo que es una cuestión de aguantar. Estoy segura de que el resultado va a ser excelente. Tengo casi 35 años en esta calle y nunca se le había metido un quinto, ya urgía”.
Grupo Bal, a través de la cadena Palacio de Hierro, está realizando una gran expansión de sus negocios en donde casi todas las tiendas importantes de Masaryk tienen dentro de sus instalaciones un lugar. Lo que se conoce como boutique dentro de boutique.
“Hoy por hoy necesitábamos una remodelación para sobrevivir”, añadió Niobe López Ostolaza.
Con el lavado de cara de la avenida, se espera también que las personas que visiten la ciudad y se hospeden en la zona hotelera que se encuentra entre Reforma y Polanco conviertan a Masaryk en su punto principal de compras.
Según la dueña de Frattina, el éxito de Masaryk se debe a dos factores: por un lado, el temblor de 1985 que destruyó la Zona Rosa, colonia que era el lugar de los restaurantes y las tiendas.
“La zona se ve terriblemente dañada por el temblor por lo que muchos de los que estaban allá deciden venirse aquí, a Polanco”.
Como segundo factor, Niobe López Ostolaza destaca los tratados de libre comercio que México firma con diferentes países.
“Los aranceles nos disminuyeron, empezamos a jugar con muchas compañías extranjeras y nos enorgullece decir que fuimos el primer comercio y que de ahí se nos fueron pegando los buenos y la avenida creció”, añadió.
