Desde la cárcel de Las Cruces, relatan que el gobierno los quería quitar porque los consideraba “gente revoltosa”.
ROBERTO RAMÍREZ BRAVO
La Jornada
Desde el interior del penal de Las Cruces, los cinco procesados por el asesinato del líder de la Liga Agraria Revolucionaria del Sur Emiliano Zapata (Larsez), Raymundo Velázquez Flores, aseguran que la acusación en su contra es un asunto político, por la creación de las colonias Campamento Tierra y Libertad y Fuerte Emiliano Zapata, en Coyuca de Benítez, que eran terrenos de ganaderos.
“Ellos (las autoridades) dicen que iban a limpiar ahí porque somos gente revoltosas, para ellos”, refieren. Las colonias fueron fundadas sucesivamente tras la matanza de Aguas Blancas, por integrantes de una fracción escindida de la Organización Campesina de la Sierra del Sur.
Uriel Ruano García, Daniel Ruano García, Salvador del Carmen Vázquez, Gabino García Avilés y David Galeana Pastrana, todos acusados por la Procuraduría General de Justicia de la entidad de haber dado muerte a Velázquez Flores, en agosto de 2013, son parte de la Organización Popular de Productores de la Costa Grande, y habitantes de la colonia Fuerte Emiliano Zapata, ambas creadas por el dirigente Luis Olivares Enríquez, asesinado a su vez en noviembre del año pasado.
En la entrevista participan los cinco, arrebatándose a ratos la palabra. Ellos están del lado de la cárcel, y el reportero, fuera, separados sólo por las rejillas de pruebas del juzgado séptimo penal.
La acusación en su contra, expresa Gabino García, acusado de ser el principal operador del crimen, “me habían comentado que es una cuestión política, que nos están sometiendo a nosotros a que nos echemos la culpa y la colonia quede en mal”. Es que, dice, aunque los terrenos fueron tomados, después se negoció con el propietario y se pagaron, pero “al gobierno no le conviene, está inconforme con que haya gente ahí, porque esos terrenos eran de ganaderos, los ganaderos los querían agarrar”.
Daniel Ruano: “Dicen que iban a limpiar ahí porque somos gente revoltosas según para ellos, pero no somos gente revoltosa, somos gente que pide trabajo, que pide porque queremos comer, y cómo dicen que somos gente revoltosas de organizaciones: nosotros luchamos para sobrevivir, no para hacerle daño a las personas. Si ellos piensan que somos así, que investiguen en otras colonias. Nosotros hemos trabajado, hemos trabajado libremente para ganar lo que comemos”.
El jueves, los acusados participaron en un careo con los policías ministeriales que los detuvieron, y a quienes acusaron de tortura. En la entrevista, relatan que el día de la detención, los policías (varios, no sólo los tres que presenta la Procuraduría, dicen) llegaron a la colonia tumbando puertas y los sacaron de sus casas. Les dijeron que se trataba de un problema por las despensas de damnificados de la tormenta Manuel, pues los cinco trabajaban en el programa de empleo temporal en el río de Coyuca de Benítez. Fue en la Procuraduría, dijeron, donde se enteraron del delito por el cual los acusaban.
–¿Ustedes conocían a Raymundo Velázquez?
–No lo conocimos a fondo, como dos o tres veces hizo reuniones, pero general para toda la colonia. Ahí con la gente, tienes que estar en las reuniones, pero cuando no podía, pues no asistía, y como dos o tres veces estuve en reuniones, pero se hacían en general, relata Gabino García, secundado por sus compañeros.
