El proyecto de remodelación de la calle Presidente Masaryk en Polanco, tiene como objetivo colocar a la avenida «entre las veinte más caras del mundo». El jefe de gobierno también tiene entre sus prioridades la instalación de pantallas gigantes en el Zócalo para el «mundial».
Alfredo Páez
Cd. de México (25 mayo 2014).- Mientras el Gobierno capitalino y la Delegación se tiran la bolita sobre a quién le corresponde cuidar el Bosque de Tlalpan, éste se deteriora cada día más.
Desde hace 18 meses, este pulmón verde de la Ciudad no recibe mantenimiento porque las autoridades no se ponen de acuerdo en quién debe hacerlo.
En noviembre de 2012, la Delegación de Tlalpan firmó un convenio con la Secretaría del Medio Ambiente del DF para el traspaso del bosque… lo cual aún no se ha concretado.
En tanto, los senderos están descuidados y tienen basura, no hay vigilancia, los juegos infantiles se encuentran dañados y los sanitarios públicos permanecen cerrados.
Incluso una parte del vivero es utilizado como deshuesadero de vehículos oficiales.
A la par, han proliferado los puestos ambulantes de comida, por los cuales no se paga ninguna cuota que contribuya a hacerle mejoras al parque.
Patricia Cárcamo, de la Asociación de Corredores del Bosque de Tlalpan, refirió que, al estar en el limbo, los espacios públicos, como la torre de vigilancia contra incendios y las cabañas para visitantes, no son aprovechados.
Maricela Contreras, Delegada de Tlalpan, señaló que no han terminado el traspaso del parque debido a problemas administrativos, aunque confió que en menos de un mes se destrabe el conflicto.
Acusan corredores bosque inseguro
Los corredores que acuden al Bosque de Tlalpan aceleran el paso, pero por la delincuencia.
Quienes gustan hacer deporte en esa zona acusan a la Policía de que sólo realiza rondines en la zona familiar, descuidando otras áreas del parque.
«Hay un problema muy grave con los policías porque cuando los llegamos a ver es en grupos de más de cinco y en la parte baja, si uno sube solo a la parte alta no se encuentra a ninguno.
«Pienso que es una mala organización de los elementos de seguridad pues pueden dar rondines a pie por todo el bosque, cosa que no se hace», dijo Noé Reyes.
Durante un recorrido, REFORMA no observó en la parte alta a ninguno de los 58 elementos de seguridad que resguardan el bosque.
De igual forma debe de haber policías en los 8 accesos al bosque, justo en las casetas de vigilancia, pero eso no ocurre.
En esa zona se encuentra una torre de vigilancia vacía, a un lado de la misma hay una tienda de campaña abandonada y a decir de los corredores estos espacios son usados por jóvenes para esconderse y drogarse.
Para ingresar o escapar del bosque a la Colonia Miguel Hidalgo segunda sección, acusan usuarios, los maleantes hacen boquetes a la barda perimetral y a la malla ciclónica.
Al interior y cerca de la barda perimetral, hay envases de cerveza vacíos y latas de limpiador de tubería PVC, también conocido como «activo».
«Hasta hace un par de meses, ya habíamos tapado esos agujeros, pero la gente los vuelve a abrir, algunos jóvenes ocupan este espacio para drogarse, otros para asaltar», comentó Ricardo Calderón, integrante de la Asociación de Corredores del Bosque de Tlalpan.
«Puede ser que roben en la colonia y se metan al bosque y viceversa. Muchos de ellos ya tienen rutas establecidas dentro del bosque, incluso hay reportes de intentos de violación a mujeres».
A inicios de abril, el Gobierno delegacional repartió silbatos entre las corredoras para que puedan alertar sobre posibles agresiones.
De acuerdo con José Luis Díaz, presidente de la asociación, han tenido reportes de intento de robo y abuso sexual hacia las corredoras que realizan ejercicio solas, sin embargo no se cuenta con una cifra exacta de las anomalías.
«La Delegación empezó a dar unos silbatitos para que así nos comuniquemos con nuestros acompañantes cada kilómetro, yo creo que es mejor que distribuyan bien por todo el bosque a los policías», consideró Gabriela Díaz.
