Nelly Toche
El Economista
De acuerdo con un estudio reciente, el maíz mexicano ha sufrido una rápida pérdida de diversidad en los últimos años (un fenómeno denominado “erosión genética”), lo que impedirá mantener el rendimiento del cultivo ante el cambio climático y otros agentes.
La investigación analizó los cambios en la diversidad del maíz cultivado por 1,725 agricultores mexicanos en la primera década del siglo XXI, encontrando que el número de variedades cultivadas de maíz se redujo considerablemente en tan sólo cinco años.
En entrevista para El Economista, el doctor George A. Dyer, quien encabezó el estudio realizado por investigadores de El Colegio de México, el Centro de Investigación y Docencia Económicas, Desarrollo y Alimentación Sustentable, y la Universidad de California, explica que el tema es muy complejo y requiere de un monitoreo a largo plazo, ya que “debe haber muchos factores ocasionando este fenómeno. No sabemos a ciencia cierta qué combinación exactamente produjo estos resultados, es posible que el cambio climático, pero esto es prematuro, porque no todo el país sufre heladas o sequías, sin embargo, este fenómeno sí está presente en todas las zonas del país”.
En el estudio, publicado en la prestigiada revista Proceedings of the National Academy of Sciences, encontró que diversos productores salieron del sector, pero esta salida no parece tener un impacto sustantivo, es muy probable que en el futuro se dé erosión genética por este aspecto de abandono de tierras, pero por ahora es un factor más y no el condicionante directo de la perdida de diversidad, explicó Dyer.
Otro problema que se presenta es que muchos agricultores no tienen acceso a semillas «mejoradas», el recurso es limitado, ellos dependen del intercambio de semillas a nivel local, por ello, también es importante definir qué papel está jugando en estos momentos ese intercambio de semilla en el mantenimiento de la diversidad.
Como es sabido, México es el centro de origen y diversidad del maíz, los recursos genéticos del maíz mexicano son valorados alrededor del mundo y estos cambios ponen en riesgo la seguridad alimentaria y las estrategias de adaptación al cambio climático en zonas rurales del país y, eventualmente, podrían propiciar la migración del campesinado, pues este fenómeno parece ser amplio y duradero.
George Dyer recalcó que para la medición de los factores que intervienen en la pérdida de variedades no hay una herramienta eficaz que permita tener con exactitud un mapa de cómo actuar, “lo que necesitamos en este momento es monitorear el desempeño del maíz para tener claro las condiciones locales y entonces poder abordar el tema de la conservación y el mejoramiento. Se han hecho esfuerzos desde hace más de 100 años y es muy posible que el clima cambie y será muy difícil adaptar semillas a esos cambios”.
Queda claro con el estudio que “sabemos muy poco de cómo funciona y opera la diversidad del maíz, esta diversidad está protegida por ley, pero si no sabemos cómo se maneja, qué factores intervienen y cómo mantenerla, obviamente no estamos en condiciones de abordar o proteger al maíz de temas tan polémicos como la liberación del maíz transgénico”, dijo.
En la tarea de ¿cómo mantener este producto tan importante para el país?, el investigador explica que aún “no quedan claros los pasos a seguir ni qué es lo que se quiere conservar, incluso ésta es una discusión entre académicos, pues hay quienes dicen que lo que hay que conservar son los recursos genéticos, en los procesos y otros dirán que lo que hay que proteger es una forma de vida, es un tema complejo, pero se debe empezar por establecer un sistema de monitoreo que nos permita tener un panorama más amplio de nuestro maíz”, concluyó.
