Matilde Pérez
La Jornada
México, DF. Oaxaca, Guerrero y Chihuahua son los estados con mayor incidencia en violencia contra las defensoras de derechos humanos; su labor la realizan en un clima de violencia, hostigamiento y amenazas, asienta el informe Defensoras somos Todas, realizado por la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Morelos (CIDH Morelos).
Atziri Ávila, de la Red Nacional de Defensoras -organismo al que pertenece la CIDH Morelos- destacó que las agresiones contra las defensoras «responde a un patrón del Estado», al cual responsabilizaron de la integridad de quienes reclaman respeto a los derechos humanos y demandan justicia. «En el país se producen y reproduen formas violentas de opresión, explotación, exclusión y discriminación por la discordancia entre legalidad y poder fáctico que favorece el machismo patriarcal».
El gobierno, acusó, no muestra interés en proteger ni en respetar los derechos humanos de las defensoras, la violencia en su contra no se investiga, ni atiende las represalias por su activismo; tampoco ha cumplido con las 29 medidas cautelares emitidas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para proteger a 87 mujeres, ni con las 18 otorgadas a 19 colectivos, asociaciones, ejidos, poblados de Oaxaca, Guerrero, Chihuahua, Coahuila y Puebla.
En Guerrero, abundó Paloma Estrada Muñoz, de la CIDH Morelos, «hay total impunidad; los feminicidios no son investigados; los agresores siguen sin ser detenidos, en tanto a las agredidas y defensoras de derechos humanos se les acusa de estar vinculadas con el crimen organizado».
