México, 12 de junio 2015 (NOTIGODÍNEZ).- Lo que sabíamos que ocurriría si dejábamos al actual usurpador imponerse, está pasando como en la Crónica de una Muerte Anunciada de Márquez. Ahí radica la complicidad del pueblo en el desastre: que a sabiendas de que pasaría, no hizo nada por impedirlo y se sometió a los perpetradores. Pero siempre hay tiempo para corregir el rumbo.
A las peores consecuencias de la imposición del asesino de Atenco en Los Pinos –las brutales represiones y las masacres– súmese la quiebra económica del país y la absoluta inoperancia de lo poco que queda de la planta productiva nacional. Dos reflejos muy claros, junto al baño de sangre, de lo que ha sido el actual régimen usurpador.
De acuerdo con el diario Reforma, citando datos del Instituto Nacional de Geografía e Informática (Inegi), la productividad laboral de nuestra economía se hundió en el primer trimestre de 2015, experimentando su peor retroceso en seis años a tasa trimestral. ¡Peña cumple!
Según el Inegi, en los primeros tres meses del año, el Índice Global de Productividad Laboral de la Economía (IGPLE) basado en horas trabajadas y cifras ajustadas por estacionalidad cayó 1.1 por ciento respecto del periodo octubre-diciembre de 2014, lo que representa una baja sólo menor al 5.95 por ciento registrado de enero a marzo de 2009.
El desplome de este índice de productividad derivó de resultados desfavorables en dos de los tres grupos de actividad que integran al indicador, según explica el rotativo.
En el grupo de las actividades secundarias del IGPLE, la productividad laboral disminuyó por segundo trimestre consecutivo, registrando un descenso de 0.81 por ciento en el primer trimestre de este año.
Por cuanto al grupo de las actividades terciarias, la productividad se redujo 0.41 por ciento de enero a marzo de este año, sumando tres caídas consecutivas a tasa trimestral.
Curiosamente, se reportó un alza de 3.38 por ciento en las horas trabajadas dentro del grupo de actividades primarias del índice de productividad laboral, lo que implicaría que aunque aumentó el tiempo de trabajo, no subió la productividad. Este aumento sería el segundo más alto en cuatro años, sólo detrás del registrado de julio a septiembre del año 2011, periodo en el que creció 10.28 por ciento.
Como se indicó, el incremento en las horas trabajadas no significa que aumentará la productividad y hasta puede ocasionar el efecto contrario, cosa que ocurre en México y el actual desplome del IGPLE lo confirma.
Desastre por doquier es el sello del usurpador Enrique Peña Nieto. ¿Seguirán manteniéndolo tres años más los mexicanos, con las brutales consecuencias que ello significa?
«LA DESOBEDIENCIA CIVIL ES UN HONROSO DEBER CUANDO SE APLICA CONTRA LOS LADRONES DE LA ESPERANZA Y DE LA FELICIDAD DEL PUEBLO.»
Con información de Reforma
oye descubriste el hilo negro que barbaro que grado de inteligencia .eres lechado de virtudes como analista pero que patético porque peña apenas empieza lo atrazado no cuenta y luego si entra un lider pueblerino que nos depara de esos vende plazas ycobra pisos jajajaja. déjalo mi amigo mas vale malo por conocido que bueno por conoc