México, 20 de enero 2016 (NOTIGODÍNEZ).- Como si de un vendedor ambulante se tratase –con todo respeto a esos trabajadores de la calle que sólo buscan sobrevivir en este sistema adverso–, el actual usurpador Enrique Peña Nieto se anda paseando en Medio Oriente, todo pagado por los mexicanos, para poner en subasta los bienes nacionales, particularmente el sector petrolero, ante los voraces empresarios árabes socios de Estados Unidos.
Ayer martes, el sujeto que usurpó la presidencia en 2012 y, por tanto, no representa legalmente a México, se reunió con cúpulas empresariales de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), país aliado de Estados Unidos en la región, buscando «atraer fondos de inversión para ampliar la infraestructura petrolera en México».
El delincuente presumió las «ventajas que ofrece México para hacer negocios» como si estuviera haciendo una venta de garage, prometiendo «prosperidad y desarrollo» a los brutales empresarios árabes:
“Quiero compartirles un poco de las fortalezas que México ofrece al mundo para hacer de nuestro país un destino de inversión, confiable y donde ustedes, esta región de Medio Oriente y, particularmente los Emiratos Árabes, encuentren oportunidades en donde poder expandir sus inversiones, los fondos de inversiones que tiene esta nación, para que vean en México una oportunidad en donde llevar a cabo negocios, prosperidad y desarrollo”, dijo el individuo citado por Reforma, ante magnates de los EAU interesados en rapiñar nuestro petróleo.
Y este miércoles, el usurpador siguió en su rol de «vendedor de puerta en puerta» en la península arábiga, compareciendo ahora ante la cámara empresarial de Kuwait, país también socio de la genocida Unión Americana, donde el sujeto presumió una operación privada de 150 millones de dólares entre la siderúrgica privada Tamsa (con capital argentino) y la petrolera Kuwait Oil Company.
Ante representantes de emporios kuwaitíes sobre todo de los sectores petrolero, telecomunicaciones, alimentos y construcción, el sujeto volvió a presumir los «grandes beneficios» que ofrece nuestro país a los voraces empresarios del mundo para llenarse de los bolsillos con dinero de todos los mexicanos, ¡hasta que revienten!
Peña Nieto enfatizó particularmente en las ventajas de «invertir» en México dentro del sector estratégico de telecomunicaciones –presumiendo que fue él quien lo abrió para entregarlo sin restricción alguna–, así como el sector petrolero.
Durante los tres días que este criminal lleva paseándose en la península, ha firmado diversos tipos de acuerdos que abren la puerta de par en par a la invasión de los grandes empresarios árabes, conocidos en todo el mundo por su crueldad y voracidad. El sujeto cierra siempre sus discursos ante sus nuevos jefes, prometiendo «prosperidad y desarrollo» para ellos.
Y ahí sí, no miente. Gracias a las contrarreformas, México se convirtió en un paraíso fiscal, esclavista y pletórico de recursos naturales –agua, petróleo, madera y otros insumos– para explotar gratis a cambio de una pequeña tajada para el «gobierno» –régimen usurpador–, mientras el resto de los mexicanos siguen hundiéndose en la miseria. Los empresarios extranjeros llegan con sus capitales, hacen sus prósperos negocios en México, se engordan los bolsillos y luego se llevan sus ganancias, dejando quebrado al país.
«Inversión extranjera» sólo ha significado, en efecto, prosperidad y desarrollo para los grandes imperios empresariales extranjeros, a cambio de más pobreza para México. Treinta años de «políticas» neoliberales que «favorecen la inversión privada y extranjera» lo demuestran: el país está peor que nunca en materia económica, la moneda está en sus peores niveles históricos de devaluación y la descomposición social se extiende cada vez más, aumentando los niveles de violencia y delincuencia que tienen su origen en la pobreza de las mayorías. ¡Misón cumplida!
«LA DESOBEDIENCIA CIVIL ES UN HONROSO DEBER CUANDO SE APLICA CONTRA LOS LADRONES DE LA ESPERANZA Y DE LA FELICIDAD DEL PUEBLO»: AMLO.
Con información de Reforma: 1 y 2
