CLAUDIO VARGAS
La Jornada
Un sondeo realizado entre varios habitantes de Acapulco sobre el aumento de un peso a la tarifa del transporte colectivo urbano, reveló que no solamente no están de acuerdo con este incremento, sino que además pidieron al gobierno del estado que ponga orden en el transporte, ya que algunas unidades circulan en mal estado, no respetan las paradas, con ruidos estruendosos y algunos de sus choferes trabajan en bermudas acompañados de los llamados chalanes.
María Carrasco Salinas, de la colonia Progreso, dijo que camiones urbanos de la ruta Florida están muy viejos y los permisionarios ya deberían remplazarlos por unidades más nuevas antes de subirle el precio a la tarifa.
En Ciudad Renacimiento, Mario Luna Pérez expresó que está molesto porque ya es costumbre de los dueños de los camiones subirle el precio al pasaje sin autorización del gobierno y la gente tiene que pagarlo de lo contrario no los dejan subir a la unidad.
“Hay choferes que trabajan en pantalones cortos y chanclas, otros de plano andan sin camisa mostrando su lastimoso cuerpo y están los llamados chalanes que nada más se la pasan enamorando a las muchachas de las escuelas cuando viajan camino a su casa, en vez de ponerse ayudar a las personas de la tercera edad que sufren porque los escalones de los urbanos están muy altos”, dijo Margarita Pérez Retana, de 78 años de edad.
El estudiante de preparatoria Salvador Mejía Linares expuso que ahora ya no viaja en camión en la ruta hospital, porque en dos ocasiones lo han asaltado y le han quitado lo poco que lleva para su escuela, que son jóvenes que se conocen con los chalanes que se llevan dentro del camión y son los que les avisan cuando suben estudiantes con celulares o con alguna computadora para que después los asaltantes los atraquen al bajar.
“Me acuerdo cuando en una ocasión quemaron varios camiones en Acapulco, esto porque ya habían atropellado a varias señoras de edad avanzada y a unos niños, en esa ocasión ni el gobierno hizo nada, porque sabía que los permisionarios ponen la vida de decenas de personas en manos de jóvenes inexpertos que primero empezaron de chalanes y ahora manejan los camiones sin precaución alguna”, contó Lucina Moreno Tapia, propietaria de un puesto de verduras en el mercado Campesino por donde pasan todos los días los urbanos.
