México, 16 de julio 2016 (NOTIGODÍNEZ).- A través de una serie de trampas estadísticas y cambios mañosos en la metodología para medir los ingresos de los hogares, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) alteró las cifras de pobreza correspondientes al año 2015, para dar la impresión de que ese indicador disminuyó y hacer quedar bien al régimen usurpador del asesino de Atenco, Enrique Peña Nieto.
De acuerdo con el portal Sinembargo, el propio Consejo Nacional de Evaluación de la Política Económica (Coneval), así como organizaciones no gubernamentales, analistas y académicos, denunciaron que la nueva metodología fue implantada unilateralmente por el Inegi, sin informar con anticipación sobre ella ni explicar los criterios adoptados para diseñarla.
El Coneval explicó que las modificaciones en las variables utilizadas por el Inegi para calcular la pobreza, imposibilitan que los números puedan compararse, por lo que realmente no se puede saber si la pobreza aumentó o disminuyó en 2015 a través de ellas.
Según los resultados reportados por el instituto, el ingreso de los hogares más pobres del país aumentó en 33.6 por ciento en el último año. Las cifras relacionadas con el ingreso per cápita de esos hogares registran aumentos en los reportes del Inegi, dando la impresión de que la situación de los hogares, al menos en lo que respecta al ingreso, ha mejorado. Sin embargo, el Coneval explicó que dichos datos no sirven para medir los avances o retrocesos en términos de pobreza.
En tal sentido, denunció que los cambios emprendidos por el Inegi para llegar a esos resultados, fueron realizados unilateralmente, violando el convenio de transparencia y colaboración que el instituto tiene con el Coneval, y, peor aún, que no hay documentos técnicos para justificar el cambio en la metodología.
Por su parte, el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), integrado por expertos en economía y miembros de la sociedad civil, exigieron al instituto transparencia, pues los datos presentados no son congruentes con la tendencia que se ha venido manifestando en otros instrumentos de medición y con otras variables económicas.
«Lo que queda es esperar la medición de 2016 y no tomar mucho en cuenta la medición de 2015. De plano […]. Es probable que haya que revisar ciertos programas con esos datos, pero no se puede decir que la pobreza disminuyó, que es alta o más baja, no da para eso”, declaró tajante Enrique Cárdenas Sánchez, director del CEEY, en entrevista para Sinembargo.
Rogelio Gómez Hermosillo, coordinador del colectivo Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, fue mucho más claro en sus comentarios sobre los cambios y resultados presentados por el Inegi, acusando que simplemente se trata de una FARSA diseñada para «bajar la pobreza por decreto estadístico».
“Se van a usar los datos para bajar la pobreza por decreto estadístico. De manera engañosa se va a tratar de decir que los pobres disminuyeron, pero con cifras no comparables […] De manera engañosa se dirá que estamos mejor, porque si dices que no es comparable, pues todo tiende a mejorar”, fustigó citado por Sinembargo.
Por ello, concluyó que los cambios realizados por el Inegi sólo sirvieron para presentar una buena imagen del régimen usurpador de Peña Nieto ante la sociedad, al afirmar que «los ingresos de los pobres aumentaron». No obstante, alertó sobre la enorme confusión que estas nuevas «políticas» causarán en términos de auténtica medición de los niveles de pobreza en el país.
Sinembargo recopiló una nutrida lista de reclamos y denuncias por parte de otros actores del sector académico, todos coincidentes en el engaño ante la sociedad perpetrado por el Inegi.
Con información de Sinembargo