México, 15 de julio 2015 (NOTIGODÍNEZ).- Mientras el pueblo papa moscas obnubilado con cortinas de humo y otras estupideces, el régimen usurpador consumó hoy la entrega de nuestros yacimientos petroleros a trasnacionales y la economía continúa en picada, con el dólar devaluando cada vez más a nuestra moneda.
En un escenario de devaluación nunca antes vista, Peña ha logrado en menos de tres años que nuestro peso pierda su valor en aproximadamente 20 por ciento, respecto de su primer día usurpando la presidencia. La crisis del peso mexicano es la peor desde 1993, cuando Carlos Salinas recorrió tres ceros a nuestra moneda como antesala a la devaluación similar que ocurrió en plena transición del genocida Ernesto Zedillo.
Este día, el dólar libre a la venta cerró la jornada en 16.10 pesos en ventanillas, esto es, 10 centavos más que la jornada del día anterior. A la compra, sucursales bancarias de la capital lo pagaron en un mínimo de 14.80 pesos. Claro, los bancos nunca pierden.
Por su parte, el euro también registró un incremento respecto del peso mexicano, avanzando tres centavos en comparación con la sesión cambiaria de ayer martes, vediéndose hasta en 17.56 pesos. El yen japonés se ofertó en un máximo de 0.130 pesos por unidad.
La brecha entre el valor del dólar y el euro con relación al peso mexicano se está cerrando, exhibiendo la tremenda dependencia que ya tiene México respecto de lo que suceda en Estados Unidos.
De hecho, según «expertos», la publicación del discurso de la presidenta de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, Janet Yellen, en el que mencionó que el proceso de normalización de las tasas podría ser este año, impulsó a la moneda estadounidense llevándose entre las patas a la nuestra. Observamos, pues, lo que siempre ocurre cuando la Fed hace o dice cualquier cosa: en México se devalúa el peso.
El pasado 8 de julio, el peso alcanzó su valor mínimo histórico frente al dólar, por cuarta vez en lo que va del actual régimen usurpador, al cotizar en 16.15 pesos por billete verde. En aquel momento, se culpó a la crisis en Grecia por la rampante devaluación que azota a nuestra moneda desde que el asesino de Atenco usurpó el poder.
Ahora que Tspiras cedió ante las exigencias de la criminal troika europea, el país helénico ya no es pretexto y volvermos a culpar a la Fed estadounidense por los «catarritos» que pesca nuestra economía. Pero al final de todos los pretextos, pseudoanálisis y paparruchas financieras, la única verdad es que nuestra economía es cada vez más débil por la acumulación de la riqueza que genera el pueblo en unas cuantas manos de abusivos. Mientras el pueblo mexicano siga sin reaccionar para poner fin a ese saqueo, la devaluación y sus brutales consecuencias continuarán avanzando.
Con información de El Economista