Un intento fallido de «golpe de estado» militar en Turquía, dice el presidente turco Recep Tagyp Erdogan, quien a su vez ha sido acusado de represor y de mandar silenciar a sus opositores en Turquía. Y como siempre el pueblo acaba poniendo los muertos en las rebatiñas de los enfermos de poder en todas partes del mundo…
Por Redacción
(Proceso)
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El presidente de Turquía, Recep Tagyp Erdogan, sostuvo en un mensaje televisado que el intento de golpe de Estado militar en esa nación musulmana había fracasado, aunque las acciones dejaron por lo menos 42 muertos y más de 150 lesionados.
Antes, el primer ministro turco Binali Yildirim aseguró a la cadena de información NTV que la intentona golpista se encuentra “ampliamente bajo control”. Se trató de “una iniciativa idiota abocada al fracaso y ya se encuentra ampliamente bajo control”, sentenció.
En tanto los servicios de inteligencia turcos hablaron de una “vuelta a la normalidad”, aunque a la misma hora se informaba que el Parlamento turco en Ankara, la capital, fue bombardeado desde el aire.
La noche del viernes un grupo insurrecto del Ejército turco había tomado el poder en Turquía, donde decenas de personas murieron y resultaron heridas en Estambul y Ankara.
Al decantarse el saldo de la asonada, la televisora NTV difundió que la Fiscalía de Ankara confirmó que al menos 42 personas murieron en “ataques” en la capital de Turquía.
Por su lado, Yildirim agregó que más de 130 soldados han sido detenidos en relación con el intento de golpe de Estado y que los conspiradores habían disparado contra civiles “sin vacilar”.
En tanto, soldados tomaron el control del principal aeropuerto de Estambul poco después de que aterrizó el avión del presidente Tayyip Erdogan, quien condenó el intento de golpe de Estado que atribuyó a una facción del Ejército.
Erdogan se encontraba de viaje cuando una facción del Ejército salió a las calles con tanques militares y otras armas y emitió un comunicado en el que aseguró tener el control del país.
En respuesta, el mandatario llamó a la población a rebelarse en las calles contra los golpistas, a través de una videollamada, lo que desató el caos, con enfrentamientos entre la población y los golpistas.
Aunque aún no hay cifras oficiales sobre el balance de heridos, un funcionario del Hospital Haydarpasa Numune en el distrito Uskudar de Estambul dijo a la agencia AP que el lugar ha recibido a por lo menos 150 personas lesionados.
Horas antes, la televisora NTV había informado que seis cadáveres de civiles fueron llevados al hospital.
Por su lado, la agencia Anadolu reportó que en Ankara murieron 17 policías, tras reportarse que en Estambul soldados que bloqueaban los puentes sobre el Bósforo abrieron fuego contra la muchedumbre causando heridos, constató un fotógrafo de la AFP.
Asimismo, fuentes presidenciales destacaron que cazas F-16 leales al gobierno de Erdogan derribaron un helicóptero que transportaba a militares golpistas.
En las horas previas todo fue confusión y caos, luego de que una explosión de gran potencia y origen indeterminado se escuchó en Ankara, mientras aviones y helicópteros sobrevolaban la capital y los tanques estaban desplegados frente al Parlamento turco.
Incluso, de acuerdo con la agencia Anadolu, los golpistas habían tomado como rehén en Ankara al jefe del Estado Mayor.
Fue entonces que el presidente turco denunció “el levantamiento de una minoría en el Ejército” y exhortó a los turcos a “congregarse en plazas públicas y aeropuertos” para resistir frente al intento golpista.
El presidente aseguró entonces a la cadena de información CNN-Türk que “no creo para nada que estos golpistas vayan a tener éxito”, al tiempo que prometía una “respuesta muy fuerte”.
Las relaciones de Erdogan con el Ejército fueron complicadas en el comienzo de su mandato anterior como primer ministro porque redujo la influencia de las fuerzas armadas en la política.
“Es un levantamiento en el que también participa el Estado paralelo”, acusó Erdogan en referencia al imán Fetullah Gulen, su enemigo exiliado en Estados Unidos.
Cerca de la medianoche, hora local, la cadena de televisión estatal difundió un comunicado de “las fuerzas armadas turcas” que imponía la ley marcial y un toque de queda en todo el territorio.
“No permitiremos que el orden público se altere en Turquía (…) Se impuso un toque de queda en el país hasta nueva orden”, se advertía en el comunicado, rubricado por el Consejo de la Paz en el País.
Las horas del golpe
Tras el anuncio marcial, las fuerzas de seguridad bloquearon las avenidas que llevan a la plaza Taksim y la policía fue desplegada en las calles de Ankara.
Enseguida la televisión exhibió a muchedumbres congregadas cerca del aeropuerto Ataturk de Estambul para celebrar el intento de golpe de Estado. Otros, en la plaza Taksim, repudiaron el golpe.
El pánico se hizo presa de los residentes, quienes se dirigieron a los comercios para comprar agua y vaciar los cajeros automáticos.
Poco después los golpistas publicaron un comunicado anunciando una “toma de poder total en el país”. La acción tiene como objetivo, advirtieron, “asegurar y restaurar el orden constitucional, la democracia, los derechos humanos y las libertades y que prevalezca la ley suprema”.
En respuesta a los violentos acontecimientos, el secretario de Estado estadunidense John Kerry deseó que prevalezca la “paz y la continuidad del poder”.
En sintonía la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, llamó a la “moderación” y al “respeto de las instituciones democráticas”, mientras su homólogo ruso Serguei Lavrov instó a evitar un baño de sangre.
En México, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) condenó el alzamiento militar que pretendía suspender el sistema democrático y constitucional en la República de Turquía.
“México reafirma su convicción sobre el necesario respeto a los principios democráticos y al orden constitucional”, aseguró la Cancillería en un breve comunicado.
Previamente, el gobierno de nuestro país recomendó a sus ciudadanos no viajar a Turquía hasta no tener certeza de la magnitud de la situación y emitió recomendaciones para los connacionales que se encuentran en aquel país.