Pedro Matías
Proceso
OAXACA, Oax. (apro).- El secretario de Seguridad Pública, Alberto Esteva, justificó la inacción de la policía estatal durante los actos vandálicos de la semana pasada en la sede del PRI, con el argumento de que se trata de un “conflicto interno” entre los exgobernadores Ulises Ruiz Ortiz y José Murat Casab.
Esteva Salinas aseguró que “hay conflictos que se construyen de manera artificial, que no es gente de Oaxaca y es contratada para venir a ocasionar estos daños, y la policía no va a caer en esas provocaciones, en esas trampas”.
Además, consideró que el vandalismo contra las oficinas de gestión del senador Eviel Pérez Magaña y del diputado Samuel Gurrión Matías, del PRI, fue una “acción pensada, organizada, construida, orquestada y traída del Istmo de Tehuantepec, que no son maestros tampoco, para provocar un incidente más violento”.
También destacó que, según un análisis realizado por el gabinete de seguridad, que abarcó la revisión de fotografías y videos, se concluyó que los agresores “no son los mismos normalistas que incendiaron vehículos, ni gente de Adán Mejía que vandalizó en la Guelaguetza. Se trató, dijo, de gente distinta de las que han venido delinquiendo.
Luego insistió en que “se tomó la decisión de que no actuara la policía porque era una provocación, una trampa para que la policía reaccionara y reprimiera. Yo lo asumí porque el costo hubiese sido mayor con saqueos, daños a vehículos y vandalismo”.
El titular de la SSP agregó que de haber intervenido durante los desmanes del pasado 31 de julio, “podríamos haber provocado un incidente violento; no podíamos intervenir en ese momento porque no sabíamos si era gente del magisterio o los normalistas, y hoy tenemos claro que es un conflicto al interior de ese instituto político (el PRI).
Al preguntarle qué pruebas tiene para afirmar que es un conflicto entre priistas, dijo que en primer lugar “se trata de gente que no es identificada en incidentes; no han presentado su denuncia ni el senador (Eviel Pérez Magaña) ni el diputado (Samuel Gurrión) y, en tercer lugar, porque en las oficinas del dirigente estatal del PRI (Héctor Anuar Mafud) los daños son casi inexistentes, y en los demás son destrozos completos, robos y saqueo”.
Entonces, abundó, “era claro que era la vacuna el dañar la oficina del presidente estatal de ese partido (PRI) y dañar en su totalidad la de los otros (priistas)”.
Al cuestionársele por qué no se detuvo en flagrancia a los vándalos, dijo que “ese día estábamos todos en la audiencia pública en la Sierra Sur, donde no había señal, y cuando regresé, la primera información que teníamos es que parte de la sección 22 fue a la sede de PRI y del senador Eviel y el diputado Samuel Gorrión, y lo que se acordó fue ser prudentes porque era una trampa”.
El funcionario insistió en que el vandalismo fue orquestado por gente del mismo PRI y para que no quedaran dudas lanzó varias interrogantes:
“Habría que ver por qué el director jurídico de ese partido presenta una denuncia y no los otros dos; a quién pertenece uno y el otro y el presidente de partido, por qué una sola pinta en la dirigencia de partido y los daños son casi inexistentes, y en los demás son destrozos completos, robos y saqueo, y quiénes son las personas que participaron. Los videos que hemos analizado y fotografías, salvo dos, el resto no son gente de Oaxaca”, reiteró.
Finamente, el secretario de Seguridad Pública justificó la inacción policial al considerar que “quizá es un mal menor por un bien mayor” y evitar lo que sucedió en la toma presidencial, que derivó en desmanes, o en el 2006, cuando estalló un conflicto popular.
