Agencias
(Foto: Reforma)
Missouri, Estados Unidos (19 agosto 2014).- En una nueva jornada de protestas por la muerte del joven afroamericano Michael Brown, manifestantes de Ferguson, Missouri, enfrentaron a la Policía y dos personas resultaron heridas de bala.
De acuerdo con el Capitán Ronald Johnson, jefe de la Policía de Ferguson, los dos lesionados fueron heridos, presuntamente, por disparos de los propios manifestantes, ya que las fuerzas de seguridad no abrieron fuego contra los civiles.
Según el balance oficial, además de los baleados, 31 personas fueron detenidas y cuatro agentes reusltaron lesionados por objetos lanzados por los inconformes.
Las autoridades confiscaron dos armas entre los detenidos.
Hasta el momento, el estado de salud de los lesionados no ha sido revelado.
La manifestación del lunes había comenzado de forma pacífica, horas después de que el Presidente Barack Obama hiciera un llamado a la calma en una intervención televisiva.
Sin embargo, la Policía indicó que un pequeño grupo de manifestantes, de alrededor de 200 personas, comenzó a avanzar contra la Policía y lanzó piedras y bombas molotov contra los agentes.
La Policía aseguró que dispararon contra sus elementos y que sólo utilizó gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes.
«Los agentes no dispararon una sola bala pese a estar bajo un fuego intenso», señaló Johnson.
El funcionario dijo que agitadores aprovechan la noche para esconderse entre la multitud y sembrar el caos.
Durante el día, las tropas de la Guardia Nacional fueron desplegadas en Ferguson, por orden del Gobernador Jay Nixon.
Los soldados, no obstante, mantuvieron un perfil bajo cuando la Policía dispersó a los manifestantes hacias las 23:00 horas (tiempo local).
Podría Brown haber tenido las manos en alto
El joven de 18 años Michael Brown podría haber tenido las manos en alto cuando el agente Darren Wilson abrió fuego contra él y lo mató.
Según un especialista contratado por la familia, el cuerpo del adolescente desarmado presenta un orificio de bala en el brazo derecho que pudo haber ocurrido al levantar las manos o al estar de espaldas de quien le disparó.
Sin embargo, el experto dijo que el equipo que examinó el cadáver todavía no puede afirmar con seguridad cómo le fueron infligidas las heridas y consideró necesario tener más información.
Una autopsia independiente, revelada ayer, determinó que el joven de 18 años recibió por lo menos seis disparos, dos de ellos en la cabeza.
