- Incrementos al salario mínimo, muy por debajo de aumentos en alimentos: académicos
- De 1987 a la fecha el precio de la canasta alimenticia recomendable subió 4 mil 773 por ciento
Emir Olivares Alonso
La Jornada
En los casi dos años de la administración del presidente Enrique Peña Nieto el poder adquisitivo de los trabajadores registró una pérdida de 7.24 por ciento en términos reales, afirmaron académicos del Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía (FE) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Lo anterior se explica debido a que mientras el salario mínimo tan sólo aumentó 2.53 pesos, la canasta alimenticia recomendable (CAR) –que sólo incluye productos básicos para el consumo de una familia y deja de lado servicios, salud, educación vestido y entretenimiento– se incrementó 20.66 pesos, ya que su costo pasó de 171.86 pesos al inicio de actual gobierno, a 192.52 pesos a agosto de 2014.
Los especialistas presentaron un reporte –del que La Jornada tiene copia– en vísperas del segundo Informe de gobierno del titular del Ejecutivo. En el documento aseguraron que tan sólo en los pasados cuatro meses el precio de la CAR se incrementó 4.1 por ciento, pues pasó de 184.96 pesos en abril de 2014, a 192.52 en agosto.
En la investigación, que se realizó con base en datos oficiales, los universitarios apuntaron que con el actual ingreso mínimo un trabajador en el país debe laborar 22 horas 53 minutos para poder adquirir todos los productos de dicha canasta.
Los miembros del Centro de Análisis Multidisciplinario señalaron que de 1987 a la fecha el ingreso mínimo en el país presentó aumentos nominales menores al incremento que en estos 27 años se ha dado en los alimentos, por lo que la pérdida acumulada del poder adquisitivo de los trabajadores mexicanos en este periodo es de 78.66 por ciento.
“De 1987 a la fecha el precio de la CAR registra un incremento acumulado de 4 mil 773 por ciento, mientras el salario creció sólo 940 por ciento. Esto significa que los alimentos han aumentado en una proporción de cuatro a uno en comparación con el incremento de los sueldos.”
En el análisis, los especialistas detallaron que en diciembre de 1987 el salario mínimo en la zona geográfica A era de 6.47 pesos, y la CAR tenía un costo de 3.95 pesos, por lo que con ese ingreso se podía adquirir más de una canasta y media. Sin embargo, en la actualidad el sueldo mínimo es de 67.29 pesos y el precio de la CAR es de 192.52 pesos, por lo que hoy con un minisalario sólo se puede comprar 34.95 por ciento de esa canasta.
Enfatizaron que “el incremento al salario no debería ser un tema de discusión, pues un Estado sano debería garantizar el bienestar de su población”, por eso desestimaron los argumentos que autoridades y empresarios dan para evitar que el salario mínimo crezca.
“El primero es el de la inflación, que es un argumento ideológico, pues en las cuatro décadas en que los precios han aumentando mucho más que los salarios no ha habido una sola queja. Además, como contra ejemplo, entre 2001 y 2005 el incremento al salario mínimo fue mayor, de acuerdo con fuentes oficiales, que al que se reflejó en el índice nacional de precios al consumidor, lo que no constituyó una causa de inflación”.
También negaron que incrementar los sueldos se traduzca en un crecimiento de la economía informal. Por el contrario, dijeron, hoy sin aumento salarial la informalidad ha crecido hasta constituir 60 por ciento de la población ocupada en el país.
Finalmente agregaron que no se puede condicionar un mayor ingreso a mayor productividad, pues tan sólo en el sector de la manufactura en años recientes México tuvo mayor productividad (183.5 puntos) que países como Japón y Canadá, con 148.2 y 141.7, respectivamente.