Daniela Medina
Sinembargo
Ciudad de México, 04 de septiembre (SinEmbargo).- La reducción en la ingesta de carbohidratos proporciona un beneficio mayor al peso y salud de las personas, que una dieta baja en grasas, de acuerdo con un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Tulane, en Estados Unidos.
Para llegar a esta conclusión juntaron a un grupo de 148 adultos obesos, sin problemas de diabetes o cardíacos, la mitad se sometieron a un régimen alimenticio que sólo admitía un límite de 40 gramos de carbohidratos al día, mientras que al resto se le limitó la ingesta de grasas al 30 por ciento de su consumo diario de calorías.
Tras el paso de un año, el primer grupo perdió en promedio 5.5 kilos y más grasa corporal, además de una mejora en sus niveles de colesterol y triglicéridos, en contraparte del resto que sólo redujo 1.8 kilogramos.
En el caso de los mexicanos, la dieta se inclina a los carbohidratos, sin embargo, casi siempre van acompañados de grasa, sal y azúcar y se dejan a un lado las proteínas (carne de res, pollo, pescado, huevo, etc) debido, en gran parte, a su costo elevado, de acuerdo con la nutrióloga María de la Páz Gutiérrez, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
La doctora menciona que los carbohidratos son lo más fácil de obtener y conseguir, como un bolillo, una tortilla o una «bolsa de pastelillos empaquetados». “Es mucho más nutritivo y mucho más económico […] las empresas no fallan en ponerte cuánto es una porción, pero a la gente no le importa, si vienen seis galletas, se comen seis galletas y luego se comen otro paquete”, dice.
“Entonces la gente se quita el hambre y se alimenta únicamente con carbohidratos”.
Y continúa, “la proporción normal para un dieta promedio (50 por ciento de carbohidratos, 30 por ciento de grasas y 20 por ciento de proteínas) es un equivalente a seis rebanadas de pan o tortillas al día y mucha gente sobrepasa estas cantidades por mucho”, dice.
En el caso de las grasas el problema es el mismo, además de que hay una “satanización” a su alrededor, “el punto es conocer cuáles son los distintos tipos de grasa, están las saturadas, que son las de la carne; las monoinsaturadas como la del aguacate y las poliinsaturadas, como las almendras y las nueces, pero no conocemos las raciones y caemos en circunstancias de abuso. En una dieta normal, suponiendo que ya fuimos con el nutriólogo, que nos ofrecieron una dieta balanceada, el punto es saber incluirlas todas en nuestra dieta y poder eliminar un poco el producto animal unos cuantos días a la semana”, señala la experta.
“Uno de los grandes problemas de hoy es que los carbohidratos no son complejos y aparte no van solos […] van acompañados de un exceso de grasa, sal y azúcar, con esto lo único que hacemos es intoxicar a las células, todas esas grasas, que ni siquiera son sanas, si no que son el quemado del quemado, casi siempre son grasas saturadas, aceites que no son saludables. Entonces el trabajo de uno es tratar de volver a enseñar la gente que nada más son seis porciones de tortilla en un día”, y ejemplifica, “si tú te comes una guajolota, estás comiendo cuatro porciones de cereal en una sola sentada, más, por lo menos dos porciones de cereal en el atole, y nada más desayunaste, entonces imagina todas las que faltan para la comida, para las botanas y para la cena”.
El estudio publicado en la revista Annals of Internal Medicine, podría romper también con el mito de que las dietas bajas en carbohidratos son perjudiciales para el corazón, al respecto, la doctora Lydia Bazzano, participante en la investigación dijo que en esta investigación, las personas en la dieta baja en carbohidratos experimentaron una mejora ligeramente mayor en sus niveles de colesterol HDL y de triglicéridos, lo que podría deberse a la mayor pérdida de peso o a las cantidades más altas de grasa insaturada “buena” en sus dietas.
Sin embargo, un punto a tomar en cuenta es la duración de la dieta, pues se desconoce si de prolongarse por un plazo más largo a un año, podría manifestarse un daño al corazón.
El sitio especializado HealtDay cita a la vocera de la Academia de Nutrición y Dietética, Sonya Angelone, cuando dice que es complicado seguir al pie de la letra una dieta baja en carbohidratos, pues al inicio del mencionado estudio, sólo se permitían 40 gramos, equivalentes a dos rebanadas de pan, pero al final, algunos de los participantes consumían en promedio 127 gramos diarios.
“Sí creo que la mayoría de personas comen demasiados carbohidratos […] de forma que comer menos carbohidratos, y elegir los de alta calidad como las frutas, las verduras, los frijoles y los granos integrales, es una buena idea”, dijo.
Angelone señaló que uno de los problemas con este tipo de régimen es que no se ingiera suficiente fibra, la cual que protege de las enfermedades cardíacas y ayuda a perder peso pues da a las personas una sensación de saciedad, por lo que recomienda que en vez de reducir drásticamente los carbohidratos, se reemplacen los refinados, como las pastas y el pan blanco, con alimentos ricos en fibra.
Por su parte, Gutiérrez Arriaga menciona que otro de los grandes problemas en la alimentación son los malos hábitos, como no contar con un horario específico para comer, irse a la cama sin ingerir alimento o salir de la casa sin desayunar también provoca que los triglicéridos se eleven, “entonces estamos comiendo muchos carbohidratos, estamos dejando de lado la carne porque es cara, ni siquiera por ganas si no por fuerza, y no estamos comiendo a nuestras horas”, concluye.