Mineros de Taxco en huelga viven en condiciones infrahumanas entre la maleza, sorteando serpientes y roedores

RAYMUNDO RUIZ AVILÉS
La Jornada

Taxco, 3 de septiembre. Dos bases de cama armadas de palos que soportan colchones viejos, un anafre y una estructura de madera con un techado de lámina de cartón, son los elementos que conforman la habitación improvisada que levantaron los trabajadores de la sección 17 del sindicato minero, para soportar las constantes lluvias que han caído en Taxco en los días recientes, para hacer sus guardias afuera de la bocamina del nivel 5 de la mina El Solar, en la comunidad de Xochula, como parte de las acciones del movimiento de huelga que lleva ya 7 años.

En las afueras de la reja del punto conocido como 14-12 de la bocamina, los mineros instalaron un campamento que se ha mantenido durante 7 años, para protegerse de las inclemencias del tiempo.

Dos colchones viejos encimados en improvisados tambores de cama construidos de palos de árboles de la región, dan cuenta de la situación de la huelga minera de Taxco.

Al fondo, un crucifijo y una imagen de una virgen, acompañan diariamente a los mineros mientras que un anafre les da calor y también les permite calentar sus alimentos. En turnos de 24 por 24 cumplen su guardia en espera de que la huelga termine.

Sumergidos entre la maleza, roedores y serpientes, casi separados de la civilización, los mineros diariamente tienen que hacer sus guardias, como lo manifestó Margarito Sánchez Toledo, quien desde hace varios años está afiliado al sindicato y ahora es parte de la guardia de la mina El Solar.

En una charla, dijo que la esperanza es primero, se hace el sacrificio para recuperar el trabajo.

Con un machete en mano para cuidarse de los roedores y un tanto desconfiado, expresó que es difícil soportar 24 horas en el mismo lugar, porque “quisiera estar chambeando y no me hubiera gustado que estallara la huelga, pero desgraciadamente a veces tenemos que hacer esto porque no nos quieren hacer los aumentos que nos tocan”.

“Pero ¿a quien le gusta estar en huelga si se puede estar trabajando y ganando?, pero las circunstancias nos dan a estos motivos”, agregó.

Mirando las camas donde descansa afirmó: “pero aquí estamos en pie de lucha y aguantando hasta las inclemencias del tiempo”.

Dijo que para calentar la comida “ponemos lumbre; vamos por leña, y así nos la llevamos, porque yo vivo de lo que el sindicato me da, no tengo chamba”.

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