Desde el 17 de septiembre acumula una depreciación de 2.42%.
Juan Antonio Zúñiga
La Jornada
El peso profundizó ayer su caída en su paridad con el dólar, al cerrar la divisa verde a un precio de 13.4950 pesos en las grandes operaciones interbancarias, su mayor cotización en el mercado local de cambios en 26 meses, desde el 25 de julio de 2012, por lo que en la ventanilla de los bancos comerciales se vendió a 13.82 pesos y se compró a 13.28.
El precio del dólar fue impulsado por un aumento en su demanda relacionada con vencimientos de deuda externa por el término del tercer trimestre del año, y el inminente fin del programa de compras mensuales de bonos del Tesoro por parte de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, que marcará el inicio de un nuevo ciclo de alza en las tasas de interés, explicaron analistas del mercado de cambios.
Desde el 17 de septiembre, cuando se realizó la reunión mensual del banco central estadunidense, hasta la fecha, el peso ha retrocedido 31.9 centavos frente al dólar, una depreciación de 2.42 por ciento en relación con la divisa estadunidense.
Este movimiento devaluatorio del peso se ha dado en el marco de movimientos de capital en el mundo, a la espera de señales más claras sobre el momento en que la Fed podría empezar a elevar su tasa de interés referencial, la cual ha permanecido en niveles cercanos a cero desde 2008. La represión policiaca a manifestantes en Hong Kong, parece agregarse a los puntos geopolíticos en tensión que en este caso puede afectar a la economía de China, señalaron algunos observadores.
Al respecto, los especialistas del grupo financiero Santander México han establecido una clara diferencia entre los movimientos seguidos por las monedas de países emergentes ligados a la economía estadunidense y aquellos que mantienen relaciones comerciales y financieras más ligadas con la economía de China.
De hecho, sostienen, “las monedas de países estrechamente ligados con la economía de Estados Unidos, como México y Canadá, han presentado un desempeño defensivo”, mientras “los países más ligados con la economía de China, como Brasil y Australia, han sufrido una mayor depreciación”.