Redacción La Jornada
Canberra. Investigadores universitarios expresaron su inquietud por el número de mujeres, en especial jóvenes, que usan las bebidas energéticas para bajar de peso, pues les puede acarrear daños a su salud.
Se están prefiriendo las bebidas energéticas libres de azúcar porque suprimen el apetito debido a su contenido de cafeína, sin embargo los altos niveles de esa sustancia puede generar ansiedad y problemas de corazón, advirtieron.
Los resultados iniciales de un trabajo sobre ese tipo de uso se presentará este jueves en la universidad australiana de Deakin, sede de la primera conferencia sobre bebidas energéticas, un campo emergente de investigación.
Además de la cafeína, esos productos contienen aditivos como guaraná y taurina, que no han sido investigados a fondo sobre sus efectos en la salud humana.
Ross King, profesor de Deakin, explicó que en su estudio de pacientes con desórdenes alimentarios, encontró que muchos beben refrescos de cola como reemplazo para aumentar su energía, y lo mismo con bebidas que contienen cafeína.
Al estudiar a 97 mujeres de entre 18 a 25 años de edad, encontró que alrededor de un tercio consumían ese tipo de bebidas para evitar el hambre o en reemplazo de alimentos sólidos.
Quienes las consumían tenían más probabilidades de reunir los criterios que las perfilaban con pobre imagen corporal, uno de los síntomas asociados a los desórdenes alimentarios.
King reconoció que se trata de un estudio pequeño, pero que lleva a considerar necesario una investigación amplia que precise la relación entre bebidas energéticas y desórdenes alimentarios, señaló a la Australian Broadcasting Corporation (ABC).
Además, también se encontró que niños entre los 12 y los 18 años de edad usaban las bebidas energéticas para perder peso, lo que estimó preocupante.
Por su parte, representantes de la industria australiana productora de este tipo de bebidas, que no fueron invitados a la reunión científica para conservar la independencia de los investigadores, dijeron que sus productos son seguros.
El Consejo Australiano de Bebidas acusó además a los organizadores de rechazar un diálogo abierto con la industria.
Insistieron en que sus productos son seguros si se ingieren en las dosis recomendadas, y a través de su jefe ejecutivo Geoff Parker, aseguraron que esta industria tiene valores abiertos y proactivos, por lo que no haber sido invitados lo consideraron frustrante.