“Los Chuchos” se quedan con el esqueleto: el alma del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas, se fue

Shaila Rosagel
Sinembargo

Ciudad de México, 26 de noviembre (SinEmbargo).– Después de advertencias y llamadas a enmendar el camino a los dirigentes el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en manos de “Los Chuchos” o Nueva Izquierda (NI), el líder moral de la fuerza política decidió anoche hacerse a un lado: Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano envió su carta de renuncia al partido que fundó. “Los Chuchos” se quedaron con el esqueleto, porque el alma, la figura moral, el “hijo del Tata Lázaro”, el tres veces candidato a la Presidencia de la República, se fue.

Pero antes, por la tarde, Cárdenas tuvo un encuentro con los dirigentes del partido. Llegó de traje gris y corbata obscura y se sentó al lado de Carlos Navarrete Ruiz, presidente nacional del PRD, quien lo invitó a dialogar públicamente sobre la propuesta que el ingeniero lanzó hace una semana: la renuncia de toda la dirigencia y una refundación del partido.

Sin embargo, ni Navarrete ni Cárdenas tocaron ese tema. Se habló de Iguala, de la vergüenza que sufrió el PRD con el Alcalde narcotraficante José Luis Abarca Velázquez, de los perdones, de los arrepentimientos. Pero ninguno habló de la renuncia de Navarrete.

Sí se habló de una posible renuncia de Cárdenas, al final, al salir de un diálogo de no más de de media hora, el ahora ex perredista dijo que tenía que reflexionar y hacer lo que le hiciera sentirse bien consigo mismo, con su conciencia.Y lo hizo. Cárdenas abandonó al PRD, se cansó de tratar de rescatar un partido que desde hace más de cinco años está en manos de Nueva Izquierda.

Fueron innumerables las ocasiones que Cárdenas, el hombre que nació en Los Pinos y que heredó el legado del ex Presidente Lázaro Cárdenas del Río, advirtió en el último año y medio que el PRD había perdido el rumbo.

En noviembre del año pasado, Cárdenas se presentó en el Congreso Nacional de Oaxtepec Morelos donde se modificaron los estatutos y ahí, dio uno de los discursos más encendidos que recuerdan hasta hoy los perredistas. Ese día se plantó frente al entonces presidente nacional Jesús Zambrano Grijalva y le dijo que el partido que dirigía apoyó al “entreguismo” durante los últimos años.

Después de que los abucheos en contra de Zambrano se calmaron, Cárdenas tomó la palabra para decir que las divisiones al interior del partido podrían contribuir a que “la representación de la izquierda mexicana, que la gente reconoce, quede en fuerzas que han venido trabajando sin definición ideológica, sin verdadero proyecto nacional consciente o inconscientemente, apoyando al entreguismo”.

Cárdenas prosiguió: “estas contradicciones nos desacreditan, nos debilitan, nos desdibujan. Ninguna ventaja ha sacado el PRD, salvo alguna posición burocrática y no política y por cierto menor”.

El día del 25 aniversario del partido, el 5 de mayo de este año, antes de subir al estrado para dar su discurso a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano le llovieron las porras.

“¡Cuauhtémoc presidente! ¡Cuauhtémoc! ¡Cuauhtémoc! ¡Cuauhtémoc!”, gritó un grupo de hombres y mujeres sentados en la cuarta fila de la primera sección del Teatro de la Ciudad de México.

Año 1994, Cuauhtémoc compitió con Ernesto Zedillo y Diego Fernández de Cevallos. Foto: Cuartoscuro

Los hombres elevaron cuatro cartulinas con leyendas alusivas al hombre considerado el líder moral del PRD.

“¡Por credibilidad, Cuauhtémoc presidente! ¡Por su honestidad Cuauhtémoc Cárdenas presidente!, se leía en los carteles que los hombres mostraban a las cámaras de los medios de comunicación.

Mientras las porras se desvivían para Cárdenas, Carlos Sotelo García y Carlos Navarrete Ruiz, dos de los tres contendientes que buscaban sustituir a Jesús Zambrano Grijalva en la dirigencia del PRD, apenas si robaban algún flashazo de las cámaras: los reflectores estaban centrados en Cuauhtémoc Cárdenas.

En medio de los danzones, huapangos y popurrís mexicanos, Cárdenas se convirtió en el centro de atención de la celebración del 25 aniversario del Sol Azteca, pues los discursos lo ensalzaron, las porras los aclamaron como nuevo presidente nacional de la fuerza política y fue él el encargado de darles a los demás, una crítica sobre el estado en el que se encuentra el partido al cumplir un cuarto de siglo de vida.

Además, Cárdenas fue el único líder de masas del PRD que acudió a la ceremonia, después de que durante los últimos años ignoró el cumpleaños del partido que fundó en 1989.

Pero Cárdenas no acudió a la cita en vano. Ese día lo aprovechó para decirle a los dirigentes del PRD que se estaban equivocando.

Cuauhtémoc habló y lo hizo para hacer declaraciones que el propio Zambrano Grijalva negó una y otra vez en el pasado: que el PRD es un partido desdibujado, que nada tiene que ver con aquel que se fundó en 1989. Incluso el ingeniero criticó a quienes pactan y hacen alianzas basándose en el discurso de una izquierda “moderna” y “alejada del radicalismo”.

“A 25 años de distancia es oportuno preguntarnos, qué tan cerca o que tan lejos estamos de nuestro propósito original. Yo respondería que nos encontramos más lejos que cerca de lo que nos propusimos y nos comprometimos hace 25 años, son responsables los poderes fácticos y todos los que formamos parte de nuestra organización”, dijo.

Cárdenas prosiguió: “El ciudadano común nos ve hoy, como una buena parte de nosotros mismos, igual que los demás partidos políticos, iguales que todos los políticos. Los partidos, los representares populares, lo que la gente llama la clase política está inmersa en una crisis de credibilidad y enfrenta un enorme desprestigio; el PRD ha caído en la distorsionante práctica de tomar sus grandes decisiones en base a cuotas, el debate de ideas no es una práctica cotidiana y los principios se hacen a un lado para hacer alianzas con los que piensan y actúan en contra de los principios del PRD”.

Cuauhtémoc aseguró que para que el Sol Azteca recupere su credibilidad perdida, deberá recuperar la ética en su vida interna.

“Solamente al régimen entreguista y neoliberal le sirve ese discurso que dicen que hay que ser una izquierda moderna y alejada del radicalismo. Los principios no son una moda, es mejor pasar por anticuados, que ceder ante los vende patrias”, dijo Cárdenas.

Algunos de los asistentes aplaudieron y celebraron el discurso de Cárdenas, mientras que otros gritaron: “¿Oyeron chuchos?”.

Pero, a pesar de no estar de acuerdo con la dirigencia del PRD, Cárdenas tomó en sus manos la bandera de la defensa del petróleo de cara a la Reforma Energética de Enrique Peña Nieto. El líder moral del partido recorrió el país para conseguir firmas y solicitar una consulta popular para revertir los cambios que se hicieron a la constitución a los artículos 25, 26 y 27 y que acabaron con lo que su padre Lázaro Cárdenas consagró cuando expropió el petróleo.

Participó en marchas y mítines y en más de una vez al ingeniero le faltó el aire al hablar por la fatiga y sufrió mareos por caminar bajo el sol.

A sus 80 años, Cárdenas que todos los días acude a nadar a una piscina cerca de su casa y que dijo a SinEmbargo en 2013 que aún se sentía joven y con ánimos, se opuso como pudo a los cambios que se hicieron a la constitución.

Estuvo en contra del Pacto por México. Lamentó la participación de Jesús Zambrano en un acuerdo que firmó en diciembre de 2012 con el Partido Acción Nacional (PAN) y con el Partido Revolucionario Institucional (PRI). Lo soportó.

Pero sucedió lo de Ayotzinapa: un alcalde perredista ligado al narcotráfico y presunto responsable de la desaparición de 43 jovencitos estudiantes de una escuela rural, de una normal donde estudian hijos de campesinos. Una institución que representa a todos aquellos a los que Cárdenas se dirigió el 5 de mayo de 1989 cuando fundó al PRD. Ese episodio, ya no lo soportó.

Después que tuvo que huir del Zócalo capitalino por las agresiones de un grupo de manifestantes cuando participó en una marcha para exigir justicia por los 43 normalistas, Cárdenas se tomó unos días y escribió una misiva a la dirigencia del PRD: dijo que el partido estaba en un proceso de descomposición, podrido por la corrupción y pidió la renuncia de Navarrete y del resto de los dirigentes.

“Está a punto de disolverse o de quedar como una simple franquicia político electoral, subordinada a intereses ajenos a los de su amplia base militante, a partir de encontrarse inmerso en un ya largo proceso de pérdida de autoridad moral como institución y de pérdida de autoridad moral de sus dirigentes; de disminución creciente de su militancia en toda la República”, sostuvo en la misiva.

Pero Navarrete rechazó el llamado de Cárdenas y calificó la solicitud de su renuncia como un sin sentido, pues sólo es válida al menos que se busque que el PRD no participe en las elecciones de 2015.

El dirigente indicó que es la tercera vez que Cárdenas pide la renuncia de la dirección: en 2000, 2004 y 2014.

“Él cree que ante toda crisis del PRD deben renunciar todos y no es así”, dijo dos días después como respuesta a la misiva de Cárdenas.

Esta semana, algunos expertos coincidieron que si el PRD estaba herido por las continuas pugnas internas antes de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, después del escándalo de Iguala, la fuerza política recibió la estocada final que beneficiará no sólo al Movimiento de Regeneración de Nacional (Morena), sino a la derecha y centro-derecha.

“Yo creo que el PRD seguía siendo una opción social de izquierda válida a nivel nacional, no se veía tan claro a Andrés Manuel [López Obrador], pero a partir de Guerrero y de [José Luis] Abarca, es un partido más en crisis y, ya no es aquel partido que abanderaba las mejores causas sociales. Se vio reducido a una cúpula que lo toma como botín, ha perdido la mitad del capital político que tenía”, dijo Virgilio Bravo Peralta, director del Centro de Negociación, Mediación, Conciliación y Arbitraje (CENCA) del Instituto Internacional de Estudios de Derecho y Jurisprudencia (IIEDJ).

El analista auguró una crisis tan severa, que ocasionaría una desbandada de líderes y dirigentes en el corto plazo.

“Los líderes apuestan a controlar su poder, conservar posiciones, colocar a sus equipos, cuando vean que el PRD ya no es opción, que no les asegura permanencia en el poder, declinarán hacia Morena”, explicó.

Bravo Peralta indicó: “Si el PRD no corta cabezas al más alto nivel y renueva su dirigencia, todas la cabezas, el PRD está condenado a diluirse en las próximas elecciones y en 2018 a quedar marginado, del tamaño del PT. Los beneficiados directamente sería Morena y de manera indirecta el PAN y el PRI”.

Telésforo Nava Vázquez, investigador y experto en la izquierda mexicana de la Universidad Autónoma Mexicana (UAM), dijo que Nueva Izquierda (NI) o “Los Chuchos”, la corriente interna más fuerte del partido que lidera Jesús Ortega Martínez, no cambiaría de opinión.

“Es una burocracia muy consolidada, muy hecha y que se apropió el PRD, ellos van a buscar conservar el registro del partido porque para ellos es suficiente, les sirve para tener sus puestos, sus cargos, sus familiares, es lo que les interesa, no van aceptar nada que atente contra su poder, mucho menos van aceptar dejar ese poder”, dijo.

Nava Vázquez calificó la carta de Cárdenas como “lapidaria” y dijo que si Cárdenas Solórzano decía irse del partido, él seguiría siendo una figura, un líder moral que abandera causas sociales.

“Los Chuchos se quedarán con el cascajo”, dijo.

Candidato presidencial en el 2000. Foto: Cuartoscuro

EL INICIO DEL FINAL

A mediados de mayo de 1986, Porfirio Muñoz Ledo y Cuauhtémoc Cárdenas se encontraron en al banqueta, a la salida del edificio del Comité Ejecutivo Nacional del PRI (sobre Insurgentes), mientras esperaban su auto. El propio ingeniero lo recuerda como una casualidad. O casi-casi una casualidad. Terminaba la XII Asamblea Nacional del partido y él era todavía gobernador de Michoacán.

–Te llamo –dijo Cárdenas.

–Te llamo – dice el ingeniero que le contestó el ex Secretario de Educación, recién llegado al Distrito Federal procedente de Nueva York, en donde había dejado la representación mexicana ante Naciones Unidas.

Cárdenas y Muñoz Ledo coincidieron en anteriores ocasiones. Se conocieron brevemente en sus años de universitarios y no trabaron amistad; se encontraron más adelante cuando ambos estaban ya en tareas de gobierno. El “te llamo” es, entre políticos, una especie de despedida sin compromiso de reencontrarse. Pero en aquella ocasión supieron que sí se procurarían.

Dejaron pasar dos o tres días, el primero en levantar el teléfono fue Cárdenas. Platicaron. Acordaron verse en La Cava, un restaurante de la ciudad de México. Ya allí, intercambiaron puntos de vista sobre la situación nacional: el deterioro económico, la caída de los niveles de vida, el abandono de la línea revolucionaria dentro del gobierno y el partido, y la falta de procesos democráticos para la selección de candidatos.

Los dos años siguientes en la vida de Cuauhtémoc Cárdenas (de 1986 a 1988) son de los más conocidos por la opinión pública, a saber: después de un periodo crítico (literal) al interior del PRI, el hijo del general terminó por afiliarse al Partido Auténtico de la Revolución Mexicana; aceptó su candidatura presidencial, y la sumó a otras postulaciones de partidos y organizaciones de izquierda moderada y centro-izquierda (Corriente Democrática, Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, Partido Nacional del Pueblo-Comité de Defensa Popular, Unidad Democrática, Partido Socialista Revolucionario y Partido Popular Socialista).

Cárdenas, que no tuvo afiliación oficial al PRI, tampoco padeció un procedimiento de expulsión. De modo que como entró al partido del gobierno (sin credencial, casi por herencia, casi de manera natural), salió. Así cambió su estatus de hombre del sistema a opositor. La historia contemporánea lo vio, en este punto, dejar atrás al partido que su padre ayudó a fundar, para iniciar una cruzada que marcaría la vida de los mexicanos.

El 6 de julio de 1988, Manuel Bartlett, entonces secretario de Gobernación y autoridad electoral máxima, tumbó el sistema de cómputo. Ese día no hubo resultados. Cárdenas ganaba con amplio margen. Al restituir las bases cibernéticas de conteo, el resultado oficial fue 50 por ciento para Carlos Salinas, 31 por ciento para Cuauhtémoc Cárdenas y 17 por ciento para Manuel J. Clouthier.

En su último informe de gobierno, Miguel de la Madrid Huertado es interpelado por el entonces diputado Porfirio Muñoz Ledo y por Cárdenas. Lo sacó el Estado Mayor Presidencial del recinto de San Lázaro porque sus gritos son desaforados.

Las manifestaciones callejeras crecen. La credibilidad en las instituciones electorales está en crisis. Pero hay un Presidente electo: Carlos Salinas de Gortari.



Para el 5 de mayo de 1989 se realizó la Asamblea Nacional Constitutiva del PRD, revista Proceso publicó: “El momento más emotivo del mitin ocurrió al final de la concentración, cuando Cuauhtémoc Cárdenas expresó: ‘El partido del pueblo mexicano, el partido que nació el 6 de julio, nuestro partido de hoy el partido de mañana, el partido que demanda ¡democracia ya, patria para todos!’.

Con la “V” de la victoria en alto, los miles de cardenistas entonaron el Himno Nacional; posteriormente, los grupos más cercanos al estrado principal formaron una valla, en medio de aclamaciones, para que pasara el líder perredista.”

“Me voy satisfecho”: el último encuentro e intento de diálogo

Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano dijo que se iba satisfecho después del encuentro que sostuvo ayer con la dirigencia de la fuerza política y que duró no más de media hora, que sostenía sus planteamientos realizados con anterioridad y que analizará su permanencia en el Sol Azteca.

“No esperaba yo otra cosa, más que una recepción cordial, en que cada quien expone sus puntos de vista. Yo he hecho un planteamiento y tendrá que ser la decisión de cada quien”, contestó a los medios de comunicación al finalizar el encuentro.

Sin embargo, Cárdenas tuvo la oportunidad de pedirle a Carlos Navarrete Ruiz su renuncia frente a frente, como lo expresó públicamente en desplegados en distintos medios de comunicación hace una semana, pero no lo hizo.

Se sentó a un lado de Navarrete en el Auditorio Valentín Campa de las oficinas del partido ubicadas en Monterrey 50 en la colonia Roma del Distrito Federal y escuchó los planteamientos de la dirigencia, recibió un folder con varios documentos que el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) aprobó durante los últimos dos meses, a raíz de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, sonrió para las cámaras y cuando le tocó hablar, sólo expresó sus preocupaciones.

“Me preocupa que no haya un pronunciamiento fuerte demandando la libertad de los 11 detenidos del zócalo, donde hubo arbitrariedades cometidas de cuerpos policiacos y federales, que en Sonora esté discutiéndose si hay una alianza entre el PRD y el PAN [Partido Acción Nacional] en las elecciones locales y que ni la dirigencia estatal, ni nacional toquen la exigencia de libertad de los presos políticos, los voceros de la Tribu Yaqui”, le dijo Cárdenas a Navarrete.

El político le reclamó al dirigente nacional la ausencia del Sol Azteca en las movilizaciones que se han realizado durante los últimos dos meses en todo el país, para demandar la justicia por el caso Ayotzinapa.

“Que en algunos medios se haya dado a conocer la versión de que se está pidiendo a miembros del partido ir a las manifestaciones públicas sin identificarse como miembros del partido, sin camisetas, tratando de no tener presencia en estas manifestaciones, es una gran ausencia. Veo en algunos casos acuerdos y profundos desacuerdos en otros”, dijo Cárdenas.

Por último, Cárdenas le recordó a Navarrete que el partido sufre de una crisis de credibilidad y que se debe “seguir trabajando para corregir lo que se ha hecho mal en el partido”.

Al concluir, ambos se dieron la mano y en entrevista, Cárdenas Solórzano dijo que había varios escenarios que debía analizar sobre seguir o no militando en el PRD.

“Hay varios escenarios que tengo que hacer, tengo que hacer una evaluación de cómo está el partido. Tengo que reflexionar muy seriamente, cuando sea oportuno […] tengo que ver todos los escenarios. Tomaré la decisión cuando esté satisfecho con mis propias reflexiones”, dijo Cárdenas.

A pesar de que ayer en el diálogo convocado por Navarrete para discutir las inquietudes que Cárdenas Solórzano hizo públicas en una misiva, el planteamiento no se tocó y Cárdenas dijo: “Me voy satisfecho”.

Pero Navarrete sí le dijo a Cárdenas, que él era el debía ser el presidente del partido.

“Tengan la seguridad y con esto termino, que tengo plena conciencia que yo debo ser el presidente de todos los perredistas, no de una corriente en particular, no me asumo como líder de una corriente, no le sirve al partido, no le sirve a nadie”, dijo.

El silencio de Cárdenas en torno a la necesidad de que la actual dirigencia renuncie al partido, generó diversas reacciones entre sus aliados al interior de la fuerza política.

“Yo también esperaba más, lo que se había declarado la semana pasada, la carta que envía es muy dura, muy precisa sobre la situación y la primera medida que pide es la renuncia de Carlos Navarrete, con el conjunto del Comité Nacional. El día de hoy [ayer] de frente no repitió lo que decía la carta y deja mucho que desear esta reunión, muchos esperábamos bastante más, generó extrañeza. Me parece que como resultado hay un fortalecimiento de Navarrete al frente del partido después de esta reunión”, dijo Agustín Guerrero Castillo, coordinador nacional de Movimiento Progresista, corriente interna del PRD que dirige el ex Jefe de Gobierno Marcelo Ebrard Casaubón.

Para Guerrero Castillo el que Navarrete dijera que el tenía que ser el presidente de todos los perredistas y Cárdenas callara, generó extrañeza.

“La postura era usted renuncie, pero hubo vacío, el silencio de Cárdenas, el que calla otorga, el ingeniero tendrá sus razones por las cuales no quiso escalar más”, indicó.

A pesar de que el el Senador Alejandro Encinas, uno de los críticos más severos de las diligencias que han encabezado “Los Chuchos” o Nueva Izquierda (NI), estuvo presente como espectador de la reunión entre Cárdenas y Navarrete, no quiso opinar sobre lo que sucedió.

SinEmbargo le solicitó una entrevista para conocer su postura sobre los temas que se trataron y sobre todo, sobre el silencio de Cárdenas en torno a la renuncia de Navarrete a la dirigencia, pero contestó a través de su asistente de prensa, que no opinaría al respecto.

Hace unos días el Senador dijo en entrevista que los militantes del PRD deben llamar a la disolución de todos los órganos de dirección para recuperar el rumbo, de lo contrario, se le dará “el tiro de gracia” a una fuerza política que ya perdió su perfil opositor.

Encinas reconoció que el Sol Azteca vive la peor crisis de su historia, la cual no será resuelta por la dirigencia actual encabezada por “Los Chuchos”.

“Se requiere una refundación que recupere la vocación de independencia y autonomía del PRD respecto a los poderes políticos y económicos, esta refundación incluiría la disolución de todos los órganos de dirección para replantear de nuevo todos los términos, dejando atrás la vida tribal y el reparto de cuotas en el partido”, indicó el perredista.

El Senador afirmó que la disolución de todo el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del partido, así como los órganos internos, debe ser convocada por todos los militantes que deseen salvar al PRD.

“Si no lo hace la militancia, no lo va hacer nadie, es una exigencia que se debe hacer ya para salvar al PRD. Se puede convocar a un Comité Promotor Organizador para replantear al partido, porque estamos enfrentando la crisis más profunda, porque pasó de un partido que surgió de la lucha contra la represión y la defensa de los derechos humanos, a ser parte de gobiernos que han reprimido a la población. Se requiere una solución de fondo, que esto avance para corregir el rumbo, sino, se le estará dando un tiro de garnica al desarrollo del PRD”, indicó.

El Diputado Alejandro Sánchez Camacho, ex secretario general del partido y miembro de la corriente Izquierda Democrática Nacional (IDN), que lidera René Bejarano Martínez, opinó que si bien Cuauhtémoc Cárdenas refrendó el contenido de su misiva ante los medios de comunicación, la “opinión pública esperaba más opiniones”.

“La opinión pública esperaba opiniones diversas, pero también más opiniones,

hay más opiniones que se pudieron haber compartido públicamente, no fue así, respetamos la forma como se dio el diálogo, lo demás son sólo percepciones”, dijo.

Más tarde, al conocer la renuncia de Cárdenas, Sánchez Camacho envió un comunicado donde lamentó la renuncia del fundador del partido.

“Es un impacto muy fuerte para el PRD, pero es el manifiesto de un desacuerdo con Nueva Izquierda y la dirección nacional del partido”, dijo.

El diputado federal indicó que con la renuncia del ex presidente nacional del PRD “es altamente probable que se vayan a dar desbandadas individuales en todo el país”.

Alejandro Sánchez Camacho informó que IDN expresión política del PRD a la que pertenece, hará una evaluación de estos últimos acontecimientos.

“Se cierra una etapa del partido”: Navarrete

Carlos Navarrete dijo en un comunicado de prensa que con la renuncia de Cárdenas “se cierra una etapa en la vida del Partido de la Revolución Democrática y se abre otra. La renuncia del Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas es lamentable y también respetable”.

El dirigente indicó que después del diálogo que sostuvieron por la mañana, Cuauhtémoc decidió tomar “otros caminos”.

“Quienes nos quedamos en el PRD, junto a millones de mexicanos, seguiremos luchando por México y por un futuro mejor para todos.Los hombres pasamos después del deber cumplido, las organizaciones que ayudamos a construir permanecen. Siempre recordaremos con afecto a quien nos convocó a construir este partido que ahora es patrimonio de muchos mexicanos que han ayudado a fortalecerlo y que siguen en sus filas”, dijo.

Cárdenas se fue y el partido que fundó, dijo Navarrete, permanecerá. El PRD está ahora por completo en manos de “Los Chuchos” y sus aliados.

Cuauhtémoc Cárdenas previo a la elección presidencial de 2000. Foto: Cuartoscuro

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