México, 1 de julio 2015 (NOTIGODÍNEZ).- El plan de quiebra para desmantelar al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y ponerlo en subasta, rumbo a la privatización total de los servicios públicos de salud, avanza en paralelo con la satanización en medios de este importante instituto que por años ha brindado atención médica de alto nivel a los trabajadores mexicanos, por más que en fechas recientes se empeñen en programar a la gente para que realmente crea que el servicio es «pésimo» y que hay que entregárselo a Slim y demás saqueadores.
Como parte de esa estrategia, ahora los criminales que se autonombran «funcionarios» del IMSS, encabezados por un sujeto de nombre José Antonio González Anaya, están obligando a los galenos del instituto a sustituir los fármacos normalmente prescritos a pacientes, por otros más baratos y menos eficaces con el supuesto fin de «abaratar costos».
No obstante, la medida es una grotesca farsa porque hasta un niño se daría cuenta de que los medicamentos menos efectivos provocarían un deterioro mayor en la salud de los enfermos, aumentando con ello el costo por paciente para el IMSS y encima, poniendo en riesgo la salud de los afiliados.
O sea que estos criminales están recurriendo a mortíferas estrategias que podrían costar la vida de muchos mexicanos, para así justificar «mejor» sus pretensiones privatizadoras. «¿Lo ven? El IMSS no sirve, la gente se está muriendo. Hay que privatizarlo.» Son asesinos, corruptos e inmorales hasta la médula.
El diario Reforma informó que desde el pasado 17 de marzo, la directiva del instituto lanzó oficialmente un programa denominado Sustitución Terapéutica 2015 a pacientes con hipertensión, diabetes o cáncer, tres de los padecimientos de salud más recurrentes y delicados entre los mexicanos.
El oficio entregado a médicos y pacientes, incluye por ejemplo la sustitución de la insulina de efecto prolongado (glargina), por la de efecto intermedio, cuyo costo es cuatro veces menor, pero con limitada eficiencia según Reforma.
La oficina de Comunicación Social del IMSS señaló a través de un comunicado que «la eficacia de los sustitutos se vigila a través de la respuesta clínica de pacientes mediante citas de control, y en caso de que no funcione el medicamento sustituto, se suministra otro.»
No obstante, galenos del instituto citados por Reforma alertaron que este programa no sólo incrementará los costos por hospitalización, incapacidades e incluso pagos por invalidez derivados de la ineficacia de los medicamentos chafas –resultado inverso al pretendido por los directivos del IMSS– sino que además tendrá repercusiones graves en la salud de los pacientes.
Los doctores inconformes aseguraron que incluso algunos de los medicamentos sustitutos ya son obsoletos porque no son útiles para el control de padecimientos o tienen mayores efectos adversos.
En un oficio de inconformidad entregado a las «autoridades» médicas el pasado 2 de junio, doctores del Hospital General de Zona 1-A Venados alertaron sobre las consecuencias fatales que vaticinan con la aplicación de ese criminal programa, y se deslindaron de las consecuencias.
También interpusieron una queja ante la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, pues aseguran que la nueva disposición viola su derecho al libre ejercicio de su profesión al obligarlos a recetar medicamentos inútiles contra su voluntad, poniendo en riesgo la salud y la vida de sus pacientes.
Con información de Reforma