México, 7 de julio 2015 (NOTIGODÍNEZ).- A cinco meses de que se destapara el caso de corrupción conocido como «la casa blanca de Peña Nieto», una costosa mansión de la empresa Grupo Higa presuntamente entregada al usurpador a cambio de contratos de obra pública, su actual mujer Angélica Rivera Hurtado alias «La Gaviota», quien aparece como propietaria del inmueble valuado en casi 100 millones de pesos, no ha vendido la mansión como prometió para acallar los reclamos por la corrupción de su espurio «marido».
Además, el diario Reforma confirmó el pasado sábado lo obvio: la «Secretaría de la Función Pública» (SFP) –que se suponía iba a desaparecer en los primeros meses de este «sexenio»– usurpada por un tal Virgilio Andrade alias «Harry Potter», no ha avanzado en los resultados para determinar conflicto de interés en la adquisición de dicha propiedad.
Y lo cierto es que sólo un descerebrado podría creer que ese sujeto investigaría algo en serio. ¡Si el usurpador lo asignó para «investigar» sus propias corruptelas! La burla evidente en todo esto parece más una franca provocación para que el pueblo inicie una revuelta.
No obstante, Reforma hace como que tomó en serio el anuncio del usurpador sobre investigarse a sí mismo a través de la SFP, dando seguimiento a la «investigación» que anunció Virgilio Andrade el 3 de febrero pasado, con línea en los contratos otorgados a Grupo Higa en este «sexenio» en paralelo con la revisión de la compra de la mansión.
Según Andrade, al concluir su indagatoria presentaría los resultados a un panel de expertos de “reconocido prestigio” a más tardar en Semana Santa. Sin embargo, a la fecha no hay ni resultados, ni comité, ni nada, tal como cualquier mexicano inteligente había previsto.
Por su parte, Angélica Rivera no sólo se burló de los mexicanos al anunciar la «venta de la casa blanca» que dijo haber adquirido con sus ingresos percibidos cuando laboraba en el burdel más caro del mundo (Televisa). Rivera argumentó que con la venta de la mansión, pondría fin al repudio contra su esposo y las acusaciones de corrupción que la revelación del caso suscitó.
No obstante, si la compra había sido legítima como ella mismo aseguró, ¿por qué vender la casa? Más aún, no dijo si se quedaría con el dinero o lo devolvería al erario. Si no, ¿cuál era el punto real de venderla? La respuesta es obvia: sólo era una tomada de pelo.
Siete meses después de esa burla, Angélica Rivera NO cumplió su palabra. Mentiras, tomadas de pelo y burlas por partida doble.
El diario Reforma confirmó que la última operación de compraventa del inmueble en el Registro Público de la Propiedad, es la misma que se dio a conocer en noviembre de 2014 por el equipo de Carmen Aristegui que destapó esa cloaca. Según el citado diario, las operaciones de compra-venta tardan cuando mucho 10 días hábiles en aparecer en el registro público después de que el notario ingresa la documentación correspondiente.
En caso de que el inmueble siguiera a la venta sin hallar comprador, el notario igualmente habría archivado un aviso preventivo al registro público, informando sobre la situación de la propiedad en venta.
Nada de esto sucedió. El registro público de la casa blanca ubicada en Sierra Gorda 150, colonia Lomas de Chapultepec del Distrito Federal, está intacto. El propietario sigue siendo Ingeniería Inmobiliaria del Centro, empresa de Grupo Higa, de Juan Armando Hinojosa Cantú.
Esto quiere decir que Angélica Rivera sigue pagando la mansión según las condiciones del contrato que ella misma presentó el 18 de noviembre de 2014, en el que se estipula que aún le debía a la inmobiliaria 54 MILLONES DE PESOS, pagaderos en un plazo máximo de ocho años a partir de enero de 2012.
Y si no está pagándola –lo más probable–, quedaría confirmado que la propiedad fue un soborno de Grupo Higa para el asesino al que ella reconoce públicamente como su «esposo» y con quien ocupa ilegalmente Los Pinos, a cambio de los jugosos contratos de obra pública que le han significado a la empresa ganancias millonarias, todo pagado por el pueblo mexicano.
En el mismo sentido, «La Gaviota» no para de exhibir sus lujos y excentricidades, viajes de «shopping» con sus hijas, fiestas ostentosas, vestuario y un sinfín de despilfarros con dinero público. Otra forma de restregarle al pueblo que a esta mujer no le interesa lo que millones de mexicanos piensen de ella y que seguirá viviendo a todo lujo mantenida por ellos, cuando ni siquiera tiene derecho a estar donde está en primer lugar.
Pero si estos agravios contra el pueblo mexicano están ocurriendo, es porque el agraviado así lo permite.
«LA DESOBEDIENCIA CIVIL ES UN HONROSO DEBER CUANDO SE APLICA CONTRA LOS LADRONES DE LA ESPERANZA Y DE LA FELICIDAD DEL PUEBLO.»
Con información de Reforma
No entiendo que el pueblo de mexico conociendo la causa no actuamos pero porque…miedo? o que