México, 31 de agosto 2016 (NOTIGODÍNEZ).- El magnate y candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a insultar a los mexicanos, esta vez en nuestro propio territorio, por cortesía del asesino de Atenco y usurpador Enrique Peña Nieto, quien se puso de tapete para que el racista individuo entrara a nuestro país.
Invitado por el asesino de Atenco, Trump llegó a nuestro país con gran pompa, como si de un alto dignatario se tratase, aún cuando no se realizaron los protocolos habituales de las reuniones de Estado, según informó la agencia Proceso. El encuentro entre el usurpador mexicano y el candidato presidencial del vecino país del norte, se llevó a cabo en la residencia oficial de Los Pinos.
Al interior del salón Adolfo López Mateos se colocaron dos podios al mismo nivel, pese a que Trump no es mandatario de su país. Estrictamente hablando, Peña tampoco lo es en México, ya que usurpó la presidencia con la complacencia del pueblo que lo mantiene.
El primero en hablar fue el asesino de Atenco. De inmediato reiteró que «respetará la elección presidencial en Estados Unidos» —revelando inconscientemente que aquí no la respetó— y en seguida planteó los temas a tratar en el encuentro: seguridad fronteriza, cooperación en seguridad y replanteamiento del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Respecto de los insultos que Trump ha proferido reiteradamente contra los mexicanos, el pusilánime individuo que usurpa la presidencia de México se limitó a calificarlos como «malentendidos».
Cuando el rabioso candidato republicano tomó la palabra, insistió en que su primera acción de gobierno será levantar un muro para frenar la inmigración de mexicanos a su país, en evidente desprecio hacia nuestros compatriotas que buscan una mejor vida cruzando la frontera.
«Es necesario poner un muro en aras de la seguridad de Estados Unidos, desmantelar a los cárteles de la droga y poner un alto al movimiento de drogas, armas y efectivo en la frontera», gruñó el individuo responsabilizando sólo a México por el problema del narcotráfico, pese a que su país es el consumidor de drogas número uno en el mundo.
Además reiteró que los migrantes mexicanos utilizan servicios de salud y otros privilegios que deberían estar reservados para la población de su país, lo que redunda en «pérdidas» para Estados Unidos.
Sin disculparse por las referencias clasistas y racistas que ha proferido contra los mexicanos, el magnate norteamericano se limitó a elogiar a la comunidad mexico-americana y a reconocer «su amor a la familia y a la comunidad».
Al terminar el encuentro, Peña aseguró que Trump desistió de obligar a México a pagar por el muro que pretende construir, sin embargo el magnate desmintió al asesino de Atenco y señaló que ese tema no fue discutido.
En junio de 2015, durante un acto para destapar su candidatura a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump calificó a los mexicanos que cruzan la frontera como violadores, asesinos y narcotraficantes.
«Traen droga, traen crimen, son violadores. Tiene sentido: no nos envían a la gente adecuada», espetó el grotesco individuo, desatando repudio internacional.
Con información de Proceso
