Anaiz Zamora Márquez
Proceso
MÉXICO, D.F. (apro).- Activistas, expertas y madres de víctimas de feminicidio visitaron este jueves el municipio mexiquense de Tlalnepantla, uno de los 17 que forman parte de la zona metropolitana de esta ciudad y que está identificada por ONU-Mujeres como uno de las más violentos para las mujeres.
El recorrido forma parte de la Campaña Ciudadana de Alerta de Violencia de Género emprendida en mayo pasado por organizaciones civiles ante el desinterés de los gobiernos estatal y federal por detener la violencia contra las mexiquenses.
Decididas a hacer llegar su mensaje a la comunidad, las activistas se toparon con la cerrazón de funcionarios municipales que incluso programaron un evento alterno en la entrada del palacio de Gobierno.
Esta situación impidió a las activistas del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF) colocar rosas en forma de cruces en la entrada principal del Ayuntamiento y realizar una conferencia de prensa, como era su intención en un principio. Tuvieron que desplazarse unos metros, para realizar sus actividades porque no presentaron ninguna solicitud, según argumentaron Raúl Montoya, subsecretario de Gobierno de Tlalnepantla, y María Gabriela García Aley, directora de Atención a Organizaciones de la Sociedad Civil.
Los funcionarios municipales explicaron que tenían un evento público programado y la protesta del OCNF impedía el libre tránsito.
El evento de las autoridades municipales fue la entrega de becas a mujeres estudiantes y la segunda etapa de créditos a la palabra, promovidos por el Instituto Municipal para la Equidad y el Desarrollo de las Mujeres de Tlalnepantla.
Aunque el OCNF aclaró que su manifestación era pacífica, que ya había realizado protestas similares en otros municipios y era un acto para exigir justicia ante el feminicidio y la desaparición de jóvenes, los funcionarios insistieron en que el acto simbólico se hiciera alejado de la entrada del palacio municipal.
Municipio de impunidad
Según datos presentados por las activistas, de 2007 a 2010 se registraron en Tlalnepantla 56 asesinatos de mujeres, y mediante el seguimiento hemerográfico del OCNF se identificó que en enero y febrero de 2014 fueron ultimadas ocho mexiquenses.
Yuridia Rodríguez, asesora jurídica del OCNF, explicó que la carencia de cifras actualizadas se debe a que, aunque las autoridades del Estado de México responden a las solicitudes de información, no ofrecen los datos diferenciados por municipio a lo que se suma que muchas familias deciden no denunciar.
Ante la negativa oficial de que se colocaran las cruces en el lado “donde estaba ocurriendo su evento”, las manifestantes decidieron instalarse del lado opuesto para “hacer uso –dijeron– de su libertad de expresión, que no requiere de avisos previos”, y a unos cuantos metros de la entrada al palacio municipal.
Durante la conferencia en la explanada municipal, que se realizó ante la vigilancia constante de la policía, Rodríguez sostuvo que Tlalnepantla forma parte, junto con Tecámac y Ecatepec, de un corredor de desaparición de mujeres, y que la característica del municipio es que las jóvenes desaparecen a pocos metros de distancia de sus casas o en plazas comerciales.
Muestra de ello es el caso de África, una niña de 10 años que desapareció este mes. Cuando la madre fue a denunciar, las y los agentes del Ministerio Público le respondieron que debía esperar 24 horas para comprobar que la niña había desaparecido.
“En todos los municipios que hemos recorrido se ha comprobado el clima de violencia que enfrentan las mexiquenses y por desgracia hemos visto que la situación es peor de lo que habíamos imaginado”, agregó Rodríguez.
Por su parte, María Antonia Márquez, madre de Nadia Alejandra Muciño Márquez, ultimada en 2004 por su pareja, reprochó que las autoridades municipales y estatales se nieguen a escuchar a las víctimas y a activar la Alerta de Violencia de Género (AVG) solicitada desde 2010.
Agregó que de haberse activado la AVG en el momento en que se solicitó, se hubieran evitado los casos de feminicidio perpetrados por César Armado Librado Legorreta, El Coqueto, crímenes cometidos en su mayoría contra mujeres originarias de Tlalnepantla.
A ellas se sumaron las voces de Enma Obrador Garrido, directora de la Organización Mujeres Abrazando a México, e Irinea Buendía, madre de Mariana Lima Buendía (joven presunta víctima de feminicidio en junio de 2010, y cuyo caso se investigó como suicidio), quienes reiteraron su exigencia de que se active la AVG en la entidad y se sancione a los funcionarios que incurren en irregularidades cuando se trata de proteger a las mexiquenses.
Finalmente, las activistas reprocharon que el gobernador del mexiquense Eruviel Ávila Villegas considerara la violencia de género como un tema “prioritario” en su Tercer Informe de Gobierno presentado ayer.
De acuerdo con el informe “Feminicidio en México. Aproximación, tendencias y cambios 1985-2009”, elaborado por El Colegio de México y ONU-Mujeres, Tlalnepantla es uno de los municipios que concentran el mayor número de asesinatos de mujeres en todo el país.
Durante el sexenio del entonces gobernador Enrique Peña Nieto –hoy titular del Ejecutivo federal–, entre 2005 y 2010 se registraron 922 casos de feminicidio en la entidad, cifra por la cual organizaciones civiles demandaron la activación inmediata de la AVG, pero el trámite hasta la fecha no ha procedido.