México, 10 de marzo 2017 (NOTIGODÍNEZ).- Lo hemos dicho en este medio alternativo hasta el cansancio: las grandes trasnacionales son las PEORES CRIMINALES DEL MUNDO. Y ante la culpabilidad manifiesta, a veces no les queda más remedio que admitirlo para atenuar la simuladora «sanción» y seguir engañando a los imbéciles que las veneran.
De acuerdo con el diario La Jornada, la automotriz alemana Volkswagen (VW) se declaró culpable de los tres delitos que se le imputan en Estados Unidos, tras haber falseado pruebas de emisión de contaminantes en miles de vehículos a diésel.
Según el citado medio, la «confesión» de la trasnacional forma parte de un acuerdo por 4 MIL 300 MILLONES DE DÓLARES —multa ridícula comparada con las utilidades anuales de esa la empresa criminal—, alcanzado con el Departamento de Justicia estadounidense para que la trasnacional pueda seguir operando en el vecino país del norte.
«Su señoría, VW se declara culpable de los tres cargos porque es culpable en los tres cargos», expresó Mandred Doess, abogado general de la compañía, ante la Corte de Distrito en Detroit.
De esta manera, VW confirma que incurrió en conspiración para cometer fraude, obstrucción de la justicia e ingreso de bienes con declaraciones falsas. Se trata de la primera vez que la empresa se declara culpable de conducta criminal en una corte en el mundo.
En septiembre de 2015, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) reveló que la automotriz alemana utilizó un programa informático en medio millón de vehículos a diésel, con el fin de aprobar las pruebas ambientales en la Unión Americana. El programa también se instaló en vehículos Audi comercializados en Europa.
Dicho programa servía para falsear las lecturas de contaminantes y aprobar las pruebas de laboratorio aún cuando sus emisiones superaban hasta en 40 veces el estándar.
Varios modelos de vehículos disponían del software para alterar mañosamente las lecturas de emisiones, entre ellos el Audi A3 y los modelos Jetta, Bettle, Golf y Passat.
Cuando se vio descubierta, la empresa confesó que sí implementó el programa para falsificar las pruebas de contaminantes y no afectar sus ventas.
En el corrupto y decadente mundo neoliberal, prácticas como estas son comunes y corrientes en todos los sectores industriales, no sólo el automotriz. Grandes petroleras, agroindustrias, constructoras, etc. recurren a todo tipo de fraudes y corruptelas para «no afectar sus ventas», sin remordimiento alguno por las consecuencias fatales e irreversibles —contaminación, enfermedad y muerte— de sus delitos.
Con información de La Jornada
