Pese a las promesas del asesino de Atenco y actual usurpador Enrique Peña Nieto, sobre eliminar los llamados «gasolinazos» y bajar los precios de combustiles y luz eléctrica tras la aprobación de la contrarreforma energética, hoy lunes 1 de agosto volvió a ensartarle a la población el tercer incremento de 2016 al precio de las gasolinas y el diésel.
A partir del primer minuto de este día, la gasolina Magna —de mayor consumo entre la población— se vende 13.96 pesos por litro, es decir, un alza de 56 CENTAVOS respecto de su precio anterior. Este incremento es el más alto de los últimos 18 años.
El pretexto insultante para justificar este agudo incremento fue la «recuperación de los precios del petróleo», dado que más de la mitad de la gasolina que se consume en México es importada de Estados Unidos. No obstante, en su momento igualmente se alegó que la caída en los petroprecios era causa directa de las alzas en los combustibles, cuando en el vecino país del norte sí habían estado bajando.
La burda contradicción sólo refleja el descaro del régimen usurpador en sus engaños para ocultar la verdadera razón de los aumentos: el saqueo de nuestros hidrocarburos y la entrega de la renta petrolera a las trasnacionales energéticas.
En lo que va del espuriato peñista, el precio por litro de la gasolina Magna se ha incrementado 3.15 pesos:
Si bien países como Noruega, Italia, Holanda y Dinamarca registran, en ese orden, los precios por litro de gasolina más altos del mundo —más de 2 dólares—, los ingresos de su población son suficientes para costearla. De hecho, el combustible más caro se vende en México al considerar el ingreso de su población.
En los ultimos 16 años, el salario mínimo se ha incrementado más despacio que el precio de los combustibles. En 2000, el litro de gasolina costaba 5.27 pesos y el salario ascendía a 37.90 pesos. Hoy la gasolina cuesta 13.96 pesos con un salario mínimo de 73.04 pesos, lo que representa un incremento del 164.9 por ciento en el precio de la gasolina y sólo de 92.7 por ciento en el salario.
Actualmente se requieren 698 pesos para llenar un tanque de 50 litros, esto es, nueve días y medio de sueldo de un trabajador que perciba el salario mínimo, lo que coloca a México como el país con la gasolina más cara del planeta para sus trabajadores.
Aunque resulta inimaginable, un gran número de mexicanos perciben apenas un salario mínimo o incluso menos, y la oferta laboral con paga mínima va en aumento. Apenas en mayo de este año, el asesino de Atenco presumió la creación de 82 mil 562 empleos formales en el sector industrial y de comercio. Lo que no dijo es que esos empleos ofrecían remuneraciones de un salario mínimo.
¿Qué hace un país petrolero, como México, importando gasolinas y vendiéndolas cada vez más caras pese a que dispone de infraestructura propia de extracción, refinación y petroquímica? ¿Por qué un país con tantos recursos naturales y humanos empobrece cada vez más a sus habitantes? Las modernas «reformas» del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, vendidas desde el salinato como la panacea, en realidad son la causa primera de semejantes aberraciones. Treinta años de obscena riqueza para unos cuantos y pobreza rampante para las mayorías, lo confirman.
HOY MÁS QUE NUNCA: «LA DESOBEDIENCIA CIVIL ES UN HONROSO DEBER CUANDO SE APLICA CONTRA LOS LADRONES DE LA ESPERANZA Y DE LA FELICIDAD DEL PUEBLO»: AMLO.
Ya nos la aplicó de nuevo este hijo e su. . . ahora a ver con que matanza nos sale ya basta hay que manifestar nuestro repudio a este hijo e p. . . nadie al zocalo el proximo 15 de septiembre
De hecho no, no contamos con la infraestructura para producir suficiente gasolina, sin embargo lo que sí es que se cuenta con lo suficiente para desarrollarla pero ya saben la historia de ese cuento.