El narco, negociazo que no discrimina, al contrario, ¡negociazo para todos! Y que siga el baño de sangre porque el tráfico de armas y consumo de los viciosos gringos seguirá, para buena fortuna de los cárteles mexicanos.
Redacción Proceso
MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- Un hombre discapacitado residente de California, Estados Unidos utilizaba su silla de ruedas eléctrica para esconder rifles de asalto y cartuchos que cruzaba a Tijuana para venderlos a Los Caballeros Templarios en Michoacán.
De acuerdo con el semanario Zeta, Sergio García Rico, de 53 años, fue sentenciado a 70 meses de prisión por los delitos de posesión de metanfetaminas e intento de tráfico de bienes provenientes de EU.
El hombre de origen mexicano, quien vive en Chula Vista, California, adquiría armas en tiendas y exhibiciones en distintas ciudades de ese estado las cuales declaraba que serían para uso propio.
García Rico, quien es cuadripléjico, recibía unos 500 dólares como pago por cada arma de fuego.
Un amigo de él, identificado como Luis Antonio Sánchez Andrade, le ayudaba al acusado a envolver las armas y esconderlas en compartimentos secretos de su camioneta y de su silla de ruedas.
Sánchez Andrade, agrega el semanario Zeta, también se declaró culpable y fue sentenciado a 10 meses de prisión.
El traficante fue detenido en enero de 2014 cuando antes de llegar a la garita de Otay, entre Tijuana y San Diego, California, fue interceptado por oficiales norteamericanos de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés).
En el momento en que fue arrestado, le fueron hallados miles de cartuchos, armas, partes de armas y 11 mil dólares escondidos en su vehículo.
En agosto de 2014 García Rico se declaró culpable y este 18 de diciembre fue sentenciado.
El traficante era un hombre “atrevido y descarado” al transportar miles de cartuchos, así como armas a territorio mexicano al “explotar sus limitaciones físicas para evitar la inspección de agentes fronterizos”, dijo Andrew Haden, asistente de la Fiscalía.
En tanto que el juez Dana Sabraw concluyó que “es obvio que estas armas son utilizadas para matar a personas”.