México, 8 de mayo 2020 (NOTIGODÍNEZ).- Un reportaje publicado el 28 de septiembre de 2014 por la revista Proceso, demostraría que el espuriato del genocida Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, usurpador de la Presidencia en el sexenio 2006-2012, no sólo estuvo al tanto de los operativos ilegales de Estados Unidos para introducir armas a nuestro país, sino que incluso colaboró activamente con ellos.
Ayer por la mañana, durante su habitual conferencia tempranera, Andrés Manuel López Obrador informó que enviará una solicitud formal para que el gobierno estadounidense aclare si el régimen usurpador de Calderón sabía de la operación “Rápido y furioso”, un programa ideado por Estados Unidos para introducir armas a nuestro país, “rastrearlas” y dar con quienes comenten ilícitos. La intención de fondo, desde luego, siempre fue seguir dotando de armas a los cárteles de la droga… y lo lograron, como siempre. Al menos 2 mil 500 armas largas fueron a parar a manos de narcotraficantes.
Enseguida, Calderón reaccionó para argumentar por enésima vez que “no tenía conocimiento” de esas operaciones y que siempre se opuso al tráfico de armas en la frontera norte. Presumió que exigió a las autoridades norteamericanas implementar medidas para frenar ese delito y que las acciones tomadas por Estados Unidos al respecto, fueron producto de “su insistencia”.
Desesperado por limpiar su imagen, el exusurpador tuvo el descuido de retuitear una fotografía de un acto que encabezó en Chihuahua, en febrero de 2012, donde develó un letrero monumental con las palabras “No more weapons” –“no más armas”, en español–, pero olvidó que en dicho evento fue acompañado, ni más ni menos, por Genaro García Luna, su entonces “secretario de Seguridad Pública” hoy preso en la Unión Americana acusado de nexos con el crimen organizado.
A través de su portal digital Proceso.com.mx, el mencionado semanario recordó que, en septiembre de 2014, publicó un reportaje sobre los operativos “Rápido y furioso” y “Receptor abierto”, en el que se documentó la colaboración directa del régimen usurpador de Felipe Calderón.
En aquel reportaje, Proceso cita el testimonio aplastante de John Dodson, entonces agente de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) –una de las agencias norteamericanas que fraguaron las citadas operaciones encubiertas–, quien señala a Carlos Fernando Luque Hernández, ex “funcionario” de la PGR, como el enlace mexicano que trabajó directamente con la ATF para llevar a cabo los operativos.
El representante de la PGR estuvo varias veces en las oficinas de la ATF, en Phoenix, Arizona, para ser informado e informar sobre el procedimiento de las operaciones Rápido y furioso y Receptor abierto”, mediante las cuales se enviaron a México unas 2 mil 500 armas largas que acabaron en manos de narcotraficantes.
Dodson aseguró que Luque trabajaba con la venia de sus “jefes” en México, léase el entonces “procurador” calderonista Eduardo Medina Mora y el propio Calderón. “El representante de la PGR en Arizona [Luque] cooperaba en ambas operaciones con la identificación de personas [en México] a quienes llegarían las armas y proporcionando el número de placas de los automóviles en los cuales se pasarían a México”, detalló.
Proceso recordó que Luque Hernández es hijo del general Carlos Fernando Ordóñez Luna, jefe de inteligencia militar a finales del sexenio de Ernesto Zedillo. Se le perdió la pista tras revelarse la existencia de esos operativos y su participación directa en ellos.
Opinión:
¿Ven por qué en este medio alternativo siempre anteponemos la palabra GENOCIDA cuando mencionamos al exusurpador Calderón? ¿Queda clara la magnitud del daño que hizo a México con el robo de la Presidencia y sus posteriores delitos de lesa patria desde el cargo que usurpó? ¿Entienden ahora por qué lo seguimos denunciando? Y ojo: si acaso llegase a rodar la cabeza de Calderón, sería insuficiente para hacer verdadera justicia. Fue apoyado por cómplices muy poderosos que fraguaron aquel fraude de 2006 cuyas brutales consecuencias seguimos pagando los mexicanos. Grandes empresarios mafiosos beneficiados con las trapacerías que después perpetró Calderón para enriquecerlos. Ellos también, y toda la caterva de cómplices que lo encumbraron y sirvieron a su desgobierno sangriento y espurio, deben acabar tras rejas.
Con información de Proceso