México, 25 de junio 2018 (NOTIGODÍNEZ).- El desmantelamiento de Petróleos Mexicanos (Pemex), la empresa nacional más importante de nuestra historia, sigue adelante con la total complicidad y colaboración de las «autoridades» del régimen usurpador del priista Enrique Peña Nieto.
Sujetos a bordo de seis lanchas cruzaron una zona marítima fuertemente protegida por fuerzas federales hasta llegar a la plataforma Xux-A, en el Golfo de México, para saquear materiales y equipamiento millonario propiedad de la petrolera mexicana que después fue vendido en el mercado negro.
Considerando que, tras el robo, la producción de crudo se detuvo, las pérdidas ascendieron a 2.6 MILLONES DE DÓLARES DIARIOS desde el día del hurto y hasta que se repusieron los equipos robados.
Así lo reveló la brillante periodista Ana Lilia Pérez, especializada en investigaciones del sector energético, en un reportaje difundido ayer lunes en el portal digital de la revista Newsweek en Español.
Según la investigación de Pérez, los hechos habrían ocurrido el pasado sábado 19 de mayo, a plena luz del día y en una zona fuertemente vigilada por las Marina y elementos federales, tanto en tierra como en mar adentro alrededor del complejo petrolero denominado Xux, frente a las costas de Tabasco en aguas someras del Golfo de México.
Por la mañana de aquel día, veinte hombres distribuidos en seis lanchas habrían zarpado de Puerto Frontera, Tabasco, y en medio del blindaje de las fuerzas federales, llegaron hasta la plataforma Xux-A que se utiliza en la extracción de petróleo y gas de un importante yacimiento que Pemex descubrió en 2009, uno de los más ricos de la zona en hidrocarburos.
Una vez junto a la plataforma, los ladrones, bien pertrechados con herramientas, treparon hábilmente por la estructura y desarmaron todo tipo de equipos de la cubierta: desde válvulas y tuberías hasta las pistas de anaviaje, pasando por luces de navegación y equipos de comunicación.
Tras desvalijar la plataforma, los ladrones regresaron plácidamente a tierra llevando consigo el equipamiento robado y al descubierto, ya que las lonas que usarían para ocultarlo resultaron insuficientes por el gran tamaño y cantidad del botín.
Posteriormente y sin que «autoridad» alguna los molestase, la cuadrilla de saqueadoes atracó en la zona de Puerto Chiltepec, municipio de Paraíso, Tabasco, donde un tráiler los esperaba. Nuevamente invisibles a los ojos de la «autoridad», cargaron el tráiler con la mercanía robada que luego sería distribuida a la Ciudad de México para su reventa como si fuese nueva.
Para lograr esta operación, los llamados «guateros» debieron atravesar sin ser vistos la zona portuaria vigilada por la Policía Federal, el tramo marítimo fuertemente monitoreado por la Marina al tratarse de un área clasificada como de alta seguridad nacional, así como la Torre de Control de Pemex que, invariablemente, debió detectar las lanchas varios kilómetros antes de que llegaran hasta la plataforma. Ninguno de estos niveles de seguridad «pudo ver» a los asaltantes.
Ana Lilia Pérez confirmó que este modus operandi es ya un patrón sistemático de robo y desvalijamiento de plataformas de Pemex, perptetrado desde hace varios años, imposible de realizar sin la complicidad de las «autoridades». El robo de equipos y hasta de plataformas enteras ha costado miles de millones de dólares a la petrolera estatal.
Con información y fotos de Newsweek