México, 12 de enero 2016 (NOTIGODÍNEZ).- La supuesta detención de Joaquín Guzmán Loera alias «El Chapo» el pasado viernes 8 de enero, fue rodeada de «teatralidad, tragedia y farsa» con el fin de distraer a los mexicanos de la terrible realidad que atraviesa su país, aseguró el diario neoyorkino The New York Times en un artículo publicado este lunes.
¿Teníamos que esperar a que lo dijeran los «grandes analistas» del New York Times? No. Para cualquier adulto con dos neuronas sanas en la cabeza era OBVIO.
De acuerdo con la agencia Proceso, el rotativo reconoció que muchos mexicanos no cayeron en la trampa y hay enormes diferencias de opinión sobre el asunto, lo que a su vez evidencia la división social creciente desde hace varios años entre la ciudadanía, agudizada cada vez más.
“La teatralidad distrae de los problemas reales y persistentes de la nación. Analistas se preguntan por qué, si el ‘gobierno’ pudo detener a El Chapo, no pudo encontrar a 43 estudiantes que desaparecieron de una normal en el estado de Guerrero. ¿O por qué no podría detener la caída del peso frente al dólar que llegó a casi 20 por ciento el año pasado?”, señala el texto citado por Proceso.
Asimismo, el diario estadounidense enfatizó en que la supuesta detención del capo estuvo rodeada de un circo, más que de un verdadero trabajo de inteligencia: la entrevista realizada por el actor Sean Penn, gracias a los contactos de la actriz mexicana Kate del Castillo, y los deseos del capo de realizar una película sobre su vida.
En el mejor de los casos, suponiendo que la intención del régimen haya sido lograr su recaptura –lo que de suyo es falso–, fue casi una casualidad fortuita que la Marina diera con el paradero del supuesto Chapo, según sus propios informes.
«En México los narcotraficantes parecen no sólo estar por encima de la ley, sino que también superan a la ficción», abundó el autor del texto en el NYT, Azam Ahmed.
Y agregó que, pese a la presunta recaptura de Guzmán Loera, en la imagen de México ante el mundo persiste un dejo de ridiculez y absurdo que, de hecho, se acentuó con el rimbombante, triunfalista y torpe manejo que el régimen usurpador de Peña Nieto dio al caso.
Tanto la captura como la publicación de la entrevista de Penn en Rolling Stone “han alimentado la imagen internacional persistente de México como nación irremediablemente atrapada en una guerra contra las drogas. Los capos, con sus recursos, egos y apodos fáciles de recordar, nunca dejan de capturar la imaginación del mundo”, concluyó.
En buena parte tiene razón. Sin embargo y convenientemente, le faltó considerar que si Estados Unidos –consumidor número uno de drogas en el planeta– dejara de ser un país vicioso y decadente, muchos problemas se resolverían empezando por la proliferación de cárteles de la droga en México y Latinoamérica.
Con información de Proceso