México, 27 de mayo 2016 (NOTIGODÍNEZ).- Un video compartido viralmente en las redes sociales, muestra el momento en que un policía federal dispara un proyectil directamente contra un joven que documentaba la represión del pasado miércoles en Chiapas.
Desde un puente, el agredido grababa el monstruso despliegue policiaco junto a otras personas que repudiaban a los elementos federales, enviados a reprimir al magisterio que cumplía ya 11 días en paro nacional.
«¡Hijos de su puta madre! Ahí están nuestros impuestos, manteniendo a esta bola de hijos de su perra madre», reclaman las personas indignadas que atestiguaban la movilización de los policías.
Justo en ese momento, se escucha una detonación y puede verse claramente como desde uno de los grupos de policías, un proyectil es disparado a gran velocidad impactando el costado izquierdo de la persona que graba. Maltrecho y lanzando gemidos, el joven sale huyendo del lugar.
«Disparar a civiles inocentes es considerado crimen de lesa humanidad, y las balas de goma nunca deben dispararse directamente a las personas, pues pueden causar severas lesiones», recordó el colectivo Anonymous Hispano que difundió el video en la red social Facebook.
En efecto, las balas de goma son proyectiles letales y sus efectos han podido verse en México, por ejemplo durante la represión de julio de 2014 en la comunidad de Chalchihuapan, perteneciente al municipio de Atlixco, Puebla, donde un niño falleció a causa de traumatismo craneo-encefálico provocado por el impacto de uno de esos proyectiles.
El 1 de diciembre de 2012, día fatídico en que el asesino de Atenco usurpó la presidencia, policías federales reprimieron violentamente las manifestaciones que se desarrollaban alrededor del Palacio Legislativo de San Lázaro. Ahí, el maestro y activista Juan Francisco Kuykendall fue herido en la cabeza por una bala de goma, de igual forma, causándole un severo traumatismo con exposición de masa encefálica.
Kuykendall falleció luego de un año de resistir en coma inducido la gravedad de la herida. Fue el primer muerto directamente atribuido a la imposición del asesino de Atenco, Enrique Peña Nieto, y su asesinato sigue impune.
