Mathieu Tourliere
Proceso
MÉXICO, D.F. (apro).- La epidemia de ébola en África Occidental “todavía puede ser controlada si se aplican las medidas preventivas”, afirmó hoy el doctor Luis Gómez Sambo, director regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para África.
Según las últimas cifras de ese organismo internacional, hasta ayer el virus había infectado a mil 603 personas en Guinea, Liberia y Sierra Leona, de las cuales 887 fallecieron.
Ante la contingencia, ayer el Banco Mundial anunció que desbloqueará un fondo de emergencia de 200 millones de dólares en la carrera contra el reloj que emprenden organizaciones internacionales para tratar y prevenir la propagación “fuera de control” del virus.
Y es que actualmente, las condiciones de trabajo para los equipos sanitarios locales, apoyados entre otros por integrantes de la OMS, Médicos Sin Fronteras (MSF), la Cruz Roja Internacional y el Cuerno Rojo son particularmente difíciles, según informaron médicos presentes en las zonas principales del virus.
Bajo temperaturas que se elevan hasta los 40 grados y entre aguaceros, los equipos humanitarios montan campamentos de salud herméticos donde atienden a los enfermos, observando estrictas normas de seguridad.
Según el director regional de la OMS para África, Luis Gómez Sambo, 123 trabajadores de la salud fueron infectados desde el inicio de la epidemia, de los cuales 70 ya fallecieron.
Además, dijo que “los tres países afectados tienen sistemas de salud muy débiles, capacidades al nivel local también muy débiles, y es ahí donde debemos fortalecer la entrega de servicios sanitarios, de información, prevención y medidas de protección. También se necesita más capacidad de tecnologías en términos de laboratorio, tratamiento y logística que no están disponibles tampoco en una situación normal”.
Y no sólo eso: Las ONG afirman tener grandes dificultades para ser aceptadas en las comunidades. El corresponsal del diario francés Le Monde en aquella zona observó que los habitantes rechazan tanto el apoyo del gobierno como de “los blancos”. Aseguró que, según sus tradiciones, prefieren cuidar el enfermo en su casa a pesar del riesgo de contagio y cuando éste fallece, se despiden del cuerpo abrazándolo y tocándolo.
Por lo anterior, las organizaciones institucionales desarrollan vastas campañas de información acerca del virus –que pasa también a través de las manos–, con el fin de “romper la cadena de transmisión”, planteó Sambo.
El corresponsal de The Guardian reportó que durante una caminata en Freetown, capital de Sierra Leona, observó las calles desiertas y sólo con mantas que colgaron las autoridades con el mensaje: “El ébola es verdad: no coman carne de murciélago”.
El murciélago, junto con otras especies, forma parte de los receptores del virus sin que desarrolle la enfermedad, afirma la OMS.
Según las agencias de noticias internacionales, los gobiernos de Guinea, Liberia y Sierra Leona desplegaron operativos militares para establecer un cordón sanitario en las zonas fronterizas y mantener a los pueblos en cuarentena.
El origen de la amenaza
El virus del ébola fue descubierto en septiembre de 1976, cuando infectó a un habitante de Yambuku, un pueblo ubicado en la orilla del río Ébola, en la República Democrática de Congo, entonces llamada Zaire.
Existen cinco especies del género ébola, pero el virus ébola zaire –que afecta actualmente a los países de África Occidental–, es el más letal. Según las cifras de la OMS, en los últimos 38 años, más de 60% de los infectados por el ébola zaire han muerto.
El virus, extremadamente contagioso, se propaga a través de los fluidos corporales y la sangre. Su periodo de incubación en el cuerpo varía entre dos y 21 días, de acuerdo con la OMS.
Se reproduce en las células e invade al cuerpo, saturando las venas, los órganos y los tejidos orgánicos, lo que provoca hemorragias internas y daña órganos vitales como el hígado y los riñones.
El paciente enfermo sufre primero de una fiebre aguda, seguida de vómitos, diarreas y erupciones en la piel; eventualmente presenta hemorragias internas y externas.
Y, aunque algunos laboratorios están probando vacunas, hasta la fecha no existe tratamiento antiviral, según el diagnóstico de la OMS. La única forma de combatir la enfermedad reside en su detección rápida para tratar sus efectos y mantener en vida el paciente hasta que su cuerpo elimine el virus.
Pánico en Estados Unidos
El doctor Kent Brantly y su ayudante, Nancy Writebol, dos misionarios estadunidenses en África Occidental, fueron infectados recientemente por el virus de ébola. El sábado pasado, las autoridades repatriaron de emergencia a Brantly y lo llevaron, bajo la escolta de helicópteros y de personal médico equipado con trajes herméticos, a la zona de confinación del hospital de Emory, en Atlanta. Este martes llevaron a Writebol en la misma institución.
La presencia de los dos pacientes infectados sobre territorio estadunidense despertó una ola de pánico en aquel país, misma que las autoridades sanitarias se esforzaron en tranquilizar, reveló The New York Times.
Los pacientes recibieron un suero experimental nunca antes probado sobre seres humanos. Según las últimas noticias, el estado de salud de Brantly –quien llegó con pocas esperanzas de vida– mejoró notablemente.
Por su parte, las autoridades nigerianas anunciaron hoy que mantienen a 70 personas “vigiladas”, ya que reportaron tres casos de infección.
Los próximos miércoles y jueves, la OMS llevará a cabo una reunión del Comité de Emergencias para determinar si el brote de ébola constituye una amenaza internacional.