México, 6 de octubre 2015 (NOTIGODÍNEZ).- ¡Claro! ¿Por qué iba este sujeto a permitir que «sus soldados» confiesen que fueron enviados a asesinar a normalistas? La «verdad histérica» ya está dicha, le guste a quien le guste, ¿no?
Salvador Cienfuegos Zepeda, «secretario de Defensa Nacional», rechazó terminantemente la posibilidad de que el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), interrogue a los soldados del 27 batallón de infantería sobre la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
En entrevista para el desinformador y extorsionador oficial de Televisa, Joaquín López-Dóriga, Cienfuegos espetó que «sólo responde a las autoridades mexicanas» en referencia legitimadora al régimen usurpador del asesino de Atenco, Enrique Peña Nieto.
“Yo he estado en la posición de que no tiene por qué declarar los soldados. Primero porque no hay un señalamiento claro de algún involucramiento en contra de ningún soldado”, gruñó, pese a los diversos reportajes e investigaciones que demuestran la participación del Ejército en los hechos ocurridos en Iguala, Guerreo, la noche del 26 de septiembre.
Cienfuegos reconoció que uno de los jóvenes desaparecidos, de nombre Julio César López Patoltzin, era un militar en activo infiltrado entre los normalistas y que está en el grupo de los 43 desaparecidos. Sin embargo, en el colmo de la burla y el insulto de la inteligencia –más colmos–, Cienfuegos aseguró que el soldado desaparecido «no cumplía ninguna labor militar en la Normal Isidro Burgos».
“El nombre de uno de éstos jóvenes que lamentablemente son desaparecidos coincide con el nombre de un militar en activo, el cual tampoco hemos encontrado. La respuesta en concreto es que sí, creemos que es la misma persona. Pero esto no es nada extraño, los comandantes de los diferentes niveles tienen la autorización, por reglamento, de que aquellos jóvenes que quieran estudiar y no interfiera en su actividad de servicio, les autoricen. Y éste muchacho tenía dos o tres meses de haber ingresado a la Normal y quería estudiar para maestro”.
“Hago la aclaración porque dicen que a lo mejor era alguien que estaba sirviendo de espía. En dos tres meses ahí, pues no podía haber servido de nada”, dijo.
Se tiene que ser muy ESTÚPIDO para creer que un militar estaría en la Normal de Ayotzinapa sólo porque «quería ser maestro». La Normal Rural Isidro Burgos ha sido espiada, infiltrada, perseguida y criminalizada por DÉCADAS, desde el asesinato de Lucio Cabañas perpetrado por EL EJÉRCITO y demás guerras de exterminio de la lucha social en México, fraguadas en buena parte por Estados Unidos.
Cienfuegos insistió en que los soldados «no tienen por qué declarar» ante los expertos de la CIDH, ya que el convenio que el organismo firmó con el régimen usurpador «en ningún momento dice que pueden interrogar. No es posible, las leyes no lo permiten. No me queda claro ni puedo permitir que interroguen a mis soldados que no cometieron hasta ahorita ningún delito, ¿qué quieren saber?, ¿qué sabían los soldados?, esta todo declarado”.
El cínico militar calificó de «muy grave» que se pretenda involucrar al Ejército en los hechos ocurridos en Iguala, «sólo porque a alguien se le ocurrió». Pues ese alguien fue el asesino de Atenco, Enrique Peña Nieto.
También rechazó la exigencia de los padres para ingresar a los cuarteles del 27 Batallón ubicado en Iguala, y refrendó que no permitirá que se interrogue a los elementos del Ejército involucrados en la desaparición de los normalistas.
“Yo no puedo permitir que a los soldados los traten como criminales, los quieran interrogar para posteriormente, hacer sentir que tienen algo que ver y no apoyarlos. Esa es mi posición y de ahí creo que no puedo ni debo salirme porque perdería mucho de lo que soy, y de lo que soy en este momento y de lo que he sido durante 52 años prácticamente de carrera militar”, espetó.
Sirve a criminales y no quiere trato de criminal. Así de ruin es este sujeto. Por enésima vez, la culpa es del pueblo que lo mantiene a él y a su jefe asesino.
Con información de La Jornada
