México, 22 de septiembre 2015 (NOTIGODÍNEZ).- El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) alertó sobre el grave ritmo de crecimiento de la deuda, calculando que en 2016 ésta alcance casi la mitad del Producto Interno Bruto (PIB), 47 por ciento, frente a la desastrosa «política» económica del actual régimen usurpador.
Según Ricardo Cantú, director de Ingresos del CIEP, entre las causas del aumento alarmante en la deuda está la falta de gasto en inversión.
“Éste sería el tercer año en que pedimos deuda en 3 puntos porcentuales del PIB; para el 2016, representará 47% del PIB. Será complicado recabar estos recursos”, señaló el experto en conferencia de prensa, citado por el diario El Economista.
En promedio, el régimen usurpador de Enrique Peña Nieto está gastando el 2 por ciento del PIB para pagar sólo los intereses de la deuda, recursos que podrían haberse invertido en programas educativos y sociales, y en lugar de ello, van a parar a los bancos.
Es evidente el plan con maña. De hecho, la consigna es mantener el incremento de la deuda, según confirmó el CIEP. De seguir la tendencia, el simulador fiscal del CIEP calcula que para 2030, la deuda de México podría representar el 90 por ciento del PIB.
“El problema es que el gobierno ha mantenido una tendencia al alza de la deuda. Si consideramos el pago de Pidiregas, bancos y del IPAB sería de casi 4 puntos porcentuales”, confirmó.
Respecto de la ejecución del «Presupuesto Base Cero», una grosera simulación, el CIEP se limitó a señalarla sin «calificación buena ni mala para el gobierno», es decir, MEDIOCRE.
“Hoy por hoy la tendencia de nuestro sistema fiscal no es sostenible (…) Queremos hablar de inversiones públicas que pueden catapultar el crecimiento económico de los siguientes lustros porque no tenemos el dinero. El país necesita una reforma a fondo del sistema fiscal donde la deuda e ingresos se piensen a mediano y largo plazo, y que estén muy enfocados a los objetivos de política pública», concluyó.
Pese a todo el entreguismo y privilegios obtenidos con las contrarreformas, ni siquiera el sector privado está conforme con el despilfarro de dinero público para enriquecerlo. Según los expertos del CIEP, el recorte de 21 por ciento inversión para 2016 –«inversión» en este país significa enriquecer a empresarios a manos llenas– podría ser compensado con los proyectos de asociaciones público-privadas (APP), que no resultan del todo atractivos para los empresarios. Claro, quieren todo.
“La idea de las APP no es mala, el problema es que hay entes públicos que por su naturaleza no le interesan al sector privado”, expuso Héctor Villarreal, director general del CIEP, indicó que el sector privado buscaría obtener un buen rédito; es decir, por cada APP que se negocie pediría obtener una mayor ganancia.
Como siempre ha sido, los grandes empresarios quieren siempre ganar más a costa de lo que sea. No les interesa la quiebra del país, el endeudamiento o la miseria que provocan.
Con información de El Economista
