México, 6 de julio 2015 (NOTIGODÍNEZ).- La Comisión Nacional de Hidrocarburos autorizó a ocho compañías acusadas de corrupción, daño ambiental y otras «gracias» en diversos países, a participar en la Ronda Uno de la contrarreforma energética que entregará varios contratos de exploración y explotación petrolera. Los nombres de las empresas «ganadoras» serán dados a conocer el día 15 de este mes.
Con la inclusión de esas empresas en la precalificación de la Ronda Uno, el régimen usurpador de Enrique Peña Nieto estaría violando su propia «ley federal anticorrupción», propuesta por el propio Peña, en la que se prohíbe considerar a empresas con antecedentes de corrupción para concursos y licitaciones públicas.
De acuerdo con el diario La Jornada, entre las ocho empresas en cuestión se encuentran Shell, Chevron y Exxon Mobil, las tres de origen estadounidense y todas con antecedentes de saqueo, ecocidio y sobornos a «autoridades» en varios países del mundo, incluido México.
Shell, por ejemplo, robó gas esquisto de Tamaulipas, lo trasladó a Estados Unidos para refinarlo como gasolina y posteriormente la regresó a México para comercializarla a precio de los mercados internacionales, según refiere La Jornada. Estos delitos fueron denunciados por la propia Auditoría Superior de la Federación, pero como en otros tantos que ventila ese órgano simulador del Congreso usurpado, no se actuó contra la ratera trasnacional.
Años atrás, en 2007, una filial de Shell en México fue encontrada culpable por sobornar a «autoridades» para vender ilegalmente una «enorme cantidad de gas natural licuado en Italia.»
Por su parte, la brutal empresa Chevron se volvió mundialmente famosa por derramar durante casi 30 años, de 1964 a 1992, unas 80 mil toneladas de residuos petrolíferos que destruyeron buena parte de la selva amazónica ecuatoriana, mientras saqueaba hidrocarburos de la zona. El ecocidio se calcula en aproximadamente 500 mil hectáreas. La empresa, conocida entonces como Texas Petroleum Company (Texaco) y absorbida por Chevron en 2001, alega que limpió la zona y responsabiliza al gobierno ecuatoriano por el ecocidio. Los litigios se han prolongado hasta la fecha sin que la empresa haya sido ajusticiada por ese brutal desastre ecológico.
Por el contrario, los regímenes usurpadores de México le han abierto las puertas de par en par, sobre todo el actual de Peña Nieto, tras la aprobación de la contrarreforma energética.
En cuanto a Exxon Mobil, «no sólo es reconocida por provocar daños ambientales, sino también por su poder para desestabilizar gobiernos […]. Ha hecho juegos de poder para quedarse con contratos petroleros, se ha sobrepuesto a los poderes nacionales y ha sido señalada por financiar la dictadura en Indonesia y apoyar la guerra civil en Angola.»
Otras empresas incluidas en la rapiña de la Ronda Uno son la terrible ENI International, que ha derramado petróleo unas 533 veces en campos de Nigeria desde 2011, negándose a pagar los daños; Petronas y Ecopetrol, ambas con «negros antecedentes» en la industria petrolera.
La «ley federal anticorrupción en contrataciones públicas» establece en su artículo 28, fracción tercera, que «se deben considerar los antecedentes de quien ha corrompido en otros momentos y debe ser tomado en cuenta para no darle nuevos contratos.»
En un acto de suprema congruencia, Peña Nieto sigue actuando como llegó al poder –violando todas las leyes posibles– cumpliendo así los compromisos adquiridos con los intereses criminales que lo impusieron donde está.
Con información de La Jornada