México, 27 de noviembre 2015 (NOTIGODÍNEZ).- Familiares de Areli Cynthia Cantú Muñoz, interna en el Centro Preventivo y de Readaptación Social de Chalco, Estado de México, y procesada por un supuesto secuestro, denunciaron hostigamiento, amenazas y represalias diversas contra ellos y la propia reclusa, luego de que ella revelara que está siendo coaccionada para vender droga al interior del penal.
En un escrito enviado a este medio alternativo por el abogado de la reclusa, Oscar Sánchez, se señala que Areli es extorsionada desde hace varios meses por otra interna para que participe en la venta de los estupefacientes. Cuando la agredida denunció la situación a los jefes de turno, comandantes y hasta la directora del penal, Florencia Genoveva Juárez Coatl, éstos no actuaron e incluso Juárez Coatl intentó persuadir a la denunciante «de quedarse callada porque mucha gente puede salir perjudicada».
La familia presentó la denuncia correspondiente ante el juez del distrito judicial de Chalco, quien se limitó a solicitar información a la directora de la institución sobre las medidas precautorias que se han tomado para salvaguardar la integridad de Areli Cantú, sin embargo, a decir de la familia, Juárez Coatl mintió al asegurarle al juez que «las medidas ya se estaban aplicando».
Refiere el texto que en lugar de investigar los hechos y ofrecer protección a la presa denunciante, las «autoridades» emprendieron una serie de actos de represalia contra ella y su familia, suspendiéndole las visitas, despojándola de su dinero y hasta segregándola de las demás internas sin motivo alguno.
Frente a estas agresiones, ninguna «autoridad» ha dado una explicación y en cambio esquivan a los familiares, dándoles largas o de plano negándoles la atención descaradamente.
A continuación, el texto íntegro de la denuncia:
Areli Cynthia Cantú Muñoz, de 32 años de edad, fue detenida con violencia la noche del 8 de noviembre de 2012 en su domicilio ubicado en Ixtapaluca, Estado de México. Al momento de la detención, Areli se encontraba con su hijo de 13 años, dos amigos del niño y otra joven con la que compartía la vivienda, que también fue detenida.
Tras ser sacadas del domicilio por sujetos encapuchados –supuestos agentes de la Procuraduría de Justicia del Estado de México (PJEM)–, fueron llevadas a una casa donde se encontraban otros hombres que estaban siendo torturados. Ahí, según denuncias de los familiares, las mujeres fueron violadas y torturadas. El niño de 13 años también habría sido víctima de abuso sexual por parte de los «agentes».
Posteriormente, la PJEM informó a la prensa que una banda de secuestradores había sido capturada en la «casa de seguridad» donde mantenían cautivo a un hombre que nunca fue identificado. En total, 12 personas, entre ellas Areli Cantú, fueron acusadas de secuestro, homicidio, extorsión y otros delitos. El procurador informó que todos habían confesado.
Desde la detención de Areli, sus familiares denunciaron que el caso fue fabricado y los cargos absolutamente falsos. Cuatro meses después, en marzo de 2013, la madre de Areli Cynthia Cantú fue asesinada en plena calle por sujetos a bordo de una motocicleta, justo cuando plantaba una fuerte lucha por conseguir la liberación de su hija.
