Rolando Chacón
Reforma
Sonora, México (19 agosto 2014).- Luz Apodaca no sabía de la mancha naranja, por lo que el 8 de agosto se lavó la cara en el Río Sonora y poco después comenzó a sentir la cara acartonada, luego un ardor que no se ha detenido en los 11 días siguientes; aunque en su comunidad ha visto a otras personas con ronchas a raíz del agua contaminada, ninguna está como ella.
Ahora, con ganglios inflamados que le impiden hablar con fluidez, recuerda aquella tarde del viernes cuando estuvo apenas unos instantes en el río, donde se lavó la cara y se mojó los pies, con resultados que ahora ella siente y todos pueden ver.
«El domingo sentí una ampollita en la frente, me la tentaba y tronaba, estaba llena de agua, luego me salió otra y luego otra, ya entre semana no le dí importancia porque me salió en la barba, ya para el otro domingo ya traía yo tupidita lo que era el cachete y parte de la barba y quemado el otro cachete», relata.
Al ver que sus lesiones faciales incrementaban, un pariente la llevó al centro de salud local.
«La doctora me dijo que para ella era la contaminación que traía el río, porque se veía que eran quemaduras de las sustancias que dijoque traía el río, nomás que no dijo qué sustancias traía ni qué nada, yo me agüité», mencionó.
Apodaca, de 50 años, se dedica al hogar y a la elaboración de arreglos florales para toda ocasión, como el día de los enamorados o el Día de Muertos.
«No, no sabía yo nada de mancha naranja, los pueblos nunca supieron de mancha naranja ni nada hasta ahora que andan con eso, que vinieron los helicópteros y todo, es cuando se dieron cuenta», dijo.
La mujer recordó que la tarde del 8 de agosto se mojó el rostro en el río, y para el domingo 10 cortaron el suministro de agua en su pueblo.
«Yo me mojé los pies, me lavé la cara y me subí al carro, fue todo, fue un momento, yo, cuando íbamos llegando a Aconchi sentí la cara acartonada, como cuando estás guisando que te cae aceite, pero leve, me bañé en la tarde, pero lo caliente, lo caliente de la cara no se me quitaba, una cosa como cuando te da la calentura, una calentura muy fea en la cara», narró la mujer.
«Traigo la cara muy enronchada y lo que son los ganglios aquí abajo, inflamaditos porque para abrir la boca como que me duele porque se me hicieron como quemadas, entonces batallo para hablar, porque al momento en que jalo la boca para hablar, se me rasga».
La mujer relató que en su comunidad existen otras personas que, a raíz del paso de la contaminación por el Río Sonora, han tenido ronchas, pero no lesiones como las de ella, aunque no descarta que surjan más casos similares.