Redacción La Jornada
José Luis Lezama, investigador de El Colegio de México y experto en estudios ambientales y desarrollo sustentable, consideró que la recientemente aprobada reforma energética sólo favorecerá a algunos cuantos, como los grandes empresarios, la clase política y las grandes trasnacionales, por lo que habrá muchos perdedores: los campesinos, los pequeños productores, la gente que trabaja en condiciones inadecuadas con salarios inadecuados y el ambiente.
“La sociedad, en su conjunto, pierde, y es la repetición de la historia de siempre. Sí hay ganadores, pero son poquitos”, señaló.
Mencionó que la reforma energética, cuyas leyes secundarias se acaban de promulgar, es “la legalización de la privatización” para empezar a explotar los recursos naturales, y, a la vez, es la entrada en escena de las empresas privadas en materia de explotación petrolera y de otras actividades productivas con capitales privados, y ejemplificó el caso del gas shale, un recurso que “está de moda”, con el proceso denominado “fracking”, mediante el cual, usando agua en combinación con químicos, se logra la llamada fractura hidráulica, lo que se traduce en fracturas del suelo en donde está depositado el mencionado energético y que hace que salga a la superficie.
“Esto tiene que ver con este movimiento general, mundial, global, de comercializar la naturaleza en todos sus aspectos, de no dejar nada de manera ociosa, así es como se dirigen algunos a esta pretensión de poner a la naturaleza en el mercado”, manifestó.
Comentó que esto deja muchos problemas por pensar que la naturaleza existe para crearla como productos vendibles que generan la contaminación de la misma y su devastación. La fractura hidráulica, enfatizó, es precisamente poner en práctica esta idea de que la naturaleza se debe de explotar, pues sería “irracional” no explotar la riqueza que se tiene: “a las grandes compañías les interesa muy poco la naturaleza y la ciudadanía lo permite con la promesa de un paraíso, el cual no existe, y sólo se deja una depredación total”, denunció.
Ante esto, puntualizó que la sociedad en general tiene que “cuestionar estas políticas y estas estrategias, y hacer conciencia, crear la conciencia ciudadana, estimular la democracia no sólo de las instituciones, sino poner la democracia en práctica, pues hay veces que sólo está en el papel, no se practica. Nadie se encarga de vigilar, nadie sanciona a nadie cuando no se ponen en práctica; una sociedad que le ponga límites a quienes depredan la naturaleza y a quienes provocan la desigualdad, la miseria y la pobreza en la gente, hay que ponerles límites, hay que hacer efectivas la leyes y normas, muchas veces la leyes y las normas son de primer mundo, pero su aplicación, su cumplimiento, son de quinto mundo”, indicó.
Dijo que para que esto se dé los medios de comunicación tienen la tarea de llevar a la gente el debate y entendimiento de los problemas reales para que la ciudadanía haga la diferencia entre lo que es realidad y ficción: “muchas promesas de paraíso para la gente cuando en realidad lo que se queda es contaminación, escasez de agua, todos esos puntos creo que son importante considerarlos”, finalizó.