Redacción Proceso
MÉXICO, D.F., (apro).- Un nuevo caso de bullying se registró ahora en Iguala, Guerrero: Un alumno de primer año, estudiante de la primaria José Francisco Ruiz Massieu, fue hospitalizado luego de que dos de sus compañeros –de mayor grado—le propinaran una golpiza.
Kevin y Arturo, relató la víctima, lo sujetaron y lo golpearon en todo el cuerpo pero en particular, en los genitales. Mientras uno lo sujetaba, otro le tiraba patadas.
Y no era la primera vez, pero en esta ocasión el pequeño no tuvo más remedio que confesarle a su mamá que desde hace meses, Kevin y Arturo lo acosaban, lo golpeaban y lo amenazaban con volverlo a hacer si los denunciaba.
La madre se dio cuenta porque el pequeño caminaba con dificultad y cuando lo bañó se percató de que uno de sus testículos estaba muy inflamado y con mucho dolor. Lo llevó al hospital regional y lo dejaron internado para su valoración porque podría ser intervenido quirúrgicamente.
El personal médico y la madre del menor denunciaron la agresión ante el Ministerio Público. Ahí, el pequeño de siete años reveló que llevaba meses sufriendo acoso y violencia escolar y que en la última ocasión, ningún maestro intervino para ayudarlo a pesar de que gritó fuerte por el dolor.
Este caso se suma a los 23 reportados el viernes pasado por la Comisión Estatal de Derechos Humanos, durante el primer trimestre del año, en los municipios de Iguala, Acapulco, Chilpancingo, Altamirano y Tecpan.
Guerrero ocupa el octavo lugar en bullying a escala nacional y México ocupa el primero en todo el mundo.
Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el bullying en educación básica afecta a 18 millones 781 mil 875 alumnos de primaria y secundaria tanto públicas como privadas.