CLAUDIO VARGAS
La Jornada
En Barrio de los Muertos, comunidad con 3 mil 500 habitantes enclavada en una zona apartada del Acapulco rural, vecinos expusieron que cuando un niño o un adulto mayor es mordido por una serpiente o sufre picaduras de alacrán, tienen que trasladarlo a un hospital que está a dos horas de distancia porque en esa comunidad, aunque existe un médico, no se cuenta con antídotos para atender este tipo de emergencias.
El ex comisario de este lugar, Gabriel Hernández Ascencio, expresó que “a quién se le ocurre mandar a un médico sin medicinas; es como contratar a un albañil para construir una casa y no facilitarle los materiales de construcción”.
Y es que en ese lugar, aunque se cuenta con un Centro de Salud, se carece de medicinas, en especial de sueros para atender los casos de picaduras de alacrán, sostuvo Hernández Ascencio, quien recién dejó de ser la autoridad de esa comunidad.
El problema es que cuando suceden esas cosas por la noche, como no hay transporte, se tiene que pedir a algunos vecinos que tienen vehículos que lleven al enfermo al hospital más cercano que se localiza en el municipio de San Marcos, a dos horas de distancia, y cuando los casos son graves mueren en el camino, dijo.
Citó el caso de Juan Eucario López, un campesino que accidentalmente pisó en el campo a una serpiente de la especie coralillo, considerada de las más venenosas en esa región, que al sentir el pie del campesino lo mordió en una de sus piernas; el veneno atacó su sistema nervioso central y quedó inconsciente, por lo que de inmediato fue llevado al hospital más cercano.
Lo llevaron a San Marcos pero ahí, en una de las clínicas, ya lo daban por muerto, pues rara vez sobreviven quienes son atacados por una coralillo. Gracias a una ampolleta que le aplicaron logró salvarse después de varios días de permanecer en cama totalmente inconsciente.
Eucario López dijo que en los dos últimos años han muerto al menos tres personas víctimas de un animal ponzoñoso o de una enfermedad crónica; no alcanzaron a llegar a un hospital por la lejanía y porque los caminos son de terracería, lo que hace que el traslado sea más lento.
Como ex comisario y habitante del lugar, hizo un llamado al gobierno municipal de Luis Walton Aburto para que, si no puede construir un hospital en esa zona apartada, al menos les lleve antídotos para picadura de alacrán y mordedura de serpiente, que ocurren a menudo cuando la gente tiene que exponerse al salir a trabajar al campo.
