Jonás López
REFORMA
Cd. de México (13 mayo 2014).- Los problemas en la Línea 12 no se acaban.
Las fallas afectan también al tramo abierto que aún brinda servicio, donde se registran movimientos de vagones y vibraciones provocadas por el desgaste ondulatorio.
Así lo admitió Óscar Díaz González Palomas, subdirector de Mantenimiento, quien señaló que han tenido que reducir velocidades hasta 40 kilómetros por hora en el tramo de Atlalilco a Mexicaltzingo.
En recorridos desde la estación Atlalilco a Mixcoac se detectó que los vagones vibran y se balancean de un lado a otro con una fuerte intensidad.
A dos meses del cierre parcial de la Línea Dorada, los usuarios señalaron que se suben con miedo a los trenes.
Sin embargo, señalaron que no tienen opción pues consideran que la Línea 12 es la mejor forma para movilizarse en la zona suroriente de la Ciudad.
«Salta mucho, truena mucho y sí se siente muy insegura. Sí da miedo subirse, pero, pues, no queda de otra, porque los camiones van muy llenos», dijo María Luisa Torres, una usuaria habitual del Metro.
En los tramos que van de Zapata a Eje Central y de Mexicaltzingo a Atlalilco los movimientos de un lado a otro de los vagones son evidentes, al grado que es difícil mantenerse de pie sin sujetarse del pasamanos.
Además las vibraciones, ruidos y rechinidos provocados por la fricción entre rieles y ruedas provocan que los usuarios no se puedan escucharse entre sí.
«Se siente cómo se mueven los vagones, como si estuviera temblando. Algo que sí molesta es el ruido, que no puedes ni hablar con otras personas», expresó Abraham Quintana, otro usuario.
Desde antes de la inauguración de la Línea 12, el 30 de octubre de 2012, el Sistema de Transporte Colectivo dio fe ante Notario Público de que los trenes y vías presentaban vibraciones y movimientos de un lado a otro conocidos como «bamboleos».
Estas deficiencias en la operación contribuyeron a que el Gobierno del DF determinara el cierre del tramo elevado de la Línea Dorada que fue revisado por la empresa francesa TSO para determinar las causas del daño y las acciones necesarias para su rehabilitación.
El 12 de marzo, fue cerrado el tramo que va de la terminal Tláhuac a la estación Culhuacán, debido que no ofrecía las garantías de seguridad para los usuarios.
La decisión fue tomada por el Sistema de Transporte Colectivo, debido a que se detectó un desgaste ondulatorio en los rieles que provocó daños a las ruedas férreas de los trenes.
Las vibraciones y bamboleos también fueron detectados en zonas del tramo que actualmente brinda servicio, reconoció el STC.
Sin embargo, el subdirector de Mantenimiento aseveró que la operación en el tramo subterráneo es segura.