Elio Henríquez
La Jornada
San Cristóbal de Las Casas, Chis. La Coordinadora del Movimiento Migrante Mesoamericano (MMM), Martha Sánchez Soler, afirmó que cada año “empeoran las condiciones” para realizar las caravanas de madres y familiares de Centro América que buscan a migrantes desaparecidos en México.
“Buscamos a los migrantes que están vivos y hemos encontrado en el transcurso de diez caravanas realizadas a más de 200 personas, pero México en lugar de proteger los derechos humanos de los migrantes se está dedicando a implementar la política migratoria de los Estados Unidos”, dijo.
Durante un mensaje con el que las y los integrantes de la caravana de madres centroamericanas Puentes de la Esperanza se despidieron de esta ciudad, señaló que “la frontera sur de México se ha convertido en la frontera de la represión de la migración que va hacia los Estados Unidos”.
Sostuvo que el vecino país del norte “presiona para que nuestro país contenga, detenga, encarcele y deporte a los migrantes que tratan de cruzar para llegar a los Estados Unidos”.
Sánchez Soler dijo que esta décima caravana, que a las 13 horas partió hacia Tapachula para continuar la búsqueda de migrantes desaparecidos, “ha sido más intensa que las anteriores por las circunstancias por las que atraviesa México”.
Abundó: “Las madres han podido ver que la lucha en México es muy dura y que no sólo sus hijos migrantes sufren en este país sino que los propios mexicanos están sufriendo y desapareciendo”.
Comentó que de acuerdo con los datos disponibles, “vemos que en la ruta migratoria hay una mayoría de hombres jóvenes, mujeres solas con sus hijas y luego los niños o jóvenes de entre 14 y 17 años de edad que en muchos casos son padres de familia”.
Las y los integrantes de la caravana llegaron anoche a esta ciudad y hoy por la mañana participaron en una ceremonia indígena tradicional, que según Erica Maldonado, de Honduras, “nos dio mucha alegría y un descanso en nuestro corazón en la carga que llevamos por saber que nuestros hijos o familiares están desaparecidos. Tuvimos una alegría no de encontrarlos sino de una descarga espiritual”.
Después de la ceremonia el grupo se trasladó al parque central de esta ciudad, donde se realizó un acto a un costado de la catedral, pues la plaza principal está ocupada por la pista de hielo que están instalando las autoridades estatales.
Al finalizar el acto, las madres y familiares de los migrantes, además de los activistas que los acompañan, dieron una vuelta al parque marchando y después abordaron el autobús que los trasladaría a la fronteriza ciudad de Tapachula, ubicada a unas ocho horas de aquí.
