Fernando Camacho Servín
La Jornada
Las acciones violentas de grupos que se identifican como anarquistas –cuyo objetivo es sembrar el caos y destruir el mundo tal como es hoy, de acuerdo con teóricos de ese movimiento– sólo han provocado que las autoridades tengan un pretexto para reprimir la disidencia, al tiempo que han alejado a muchas personas que quieren participar en manifestaciones pacíficas.
Así lo afirmó Carlos Bravo, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, quien señaló que estrategias como ésa nunca han provocado una insurrección masiva, como en teoría consideran quienes enarbolan esta ideología.
“En este planteamiento de ‘destrucción del mundo’, agreden bienes de la iniciativa privada, como tiendas o sucursales de banco, pero se quiera o no, estos lugares también generan empleos y permiten que las personas tengan ingresos. No voy a meterme en si los salarios son justos, pero permiten que la gente trabaje”, indicó.
Por otra parte, esas acciones violentas, cuando se efectúan con el objetivo de provocar un movimiento insurreccional, «es algo que nunca ha ocurrido en la historia. Hay experiencias concretas de grupos anarquistas en España que lograron movilizaciones importantes, pero no una insurrección total».
La satisfacción de demandas sociales, consideró el académico, sí puede lograrse con presión social, como la que han ejercido diversos movimientos, «pero eso no significa que haya que destruir a la sociedad» en su conjunto.
Lo que sí ha provocado la acción de los anarquistas, enfatizó el sociólogo, es que se endurezcan las actividades represivas del gobierno, aumenten las detenciones arbitrarias y los abusos de las fuerzas policiacas y se propicie el alejamiento de muchas personas inconformes con las injusticias, pero que desean manifestarse pacíficamente.
«Antes los partidos políticos eran la forma de canalizar el descontento, pero cuando vemos que todos son iguales, corruptos y vinculados a la delincuencia organizada, uno se explica el coraje y la ira de muchos jóvenes y también que quieran realizar acciones de otro tipo. Pero tampoco puedes justificar de ninguna manera que haya violencia y se golpee de manera inmisericorde a un policía», indicó.
«Hay jóvenes que reivindican el anarquismo, pero también conviven con personas que sólo buscan desestabilizar. Más allá del caos y la destrucción, lo que lamentablemente causan es que el gobierno se endurezca y la sociedad se aleje de ellos», sostuvo el catedrático.