Gerardo Fernández Noroña
Hace ocho días recibí información de que un migrante que venía a visitar a su familia había sido detenido en una garita de ingreso en Ciudad Juárez (puerta número 1). Llevaba, al parecer, 6 cajas de vino blanco de la empresa que labora, para obsequiar entre familiares y amigos.
Los agentes aduanales lo recibieron con el programa paisano amigo exigiéndole $35,000 para no decomisarle la camioneta. La petición del dinero no sé si era del programa paisano amigo, diputado amigo o Videgaray amigo, el asunto es que desde hace ocho días, la camioneta placas 67029J1 de California está retenida.
Ahora no le piden $35,000 sino $53,000 al infortunado paisano. ¿Cuál es el fundamento de tan arbitraria exigencia? Ninguno. No es el primer caso ni será el último en que nuestros paisanos que viven en Estados Unidos son sometidos a vejaciones, abusos, extorsiones y maltrato de parte de las autoridades aduanales.
Modestos empleados de la aduana de la frontera norte se han enriquecido durante décadas a través de la extorsión y de la complicidad con el contrabando. Diversas medidas se han tomado frente a este hecho inocultable como desaparecer garitas, retirar los operativos móviles, la creación de programas de apoyo desde el gobierno federal y el Congreso, pero la problemática se mantiene.
¿Cómo podría ser de otra manera si la corrupción e impunidad son los signos del «gobierno» desde el más alto nivel empezando por el propio Enrique Peña Nieto?
Volviendo al caso que estamos comentando, los agentes aduanales no se conformaron con decomisar el vino, sino que saquearon las pertenencias del migrante y retienen hasta la fecha de hoy la camioneta.
Estos abusos no deben continuar, pero ¿cómo exigir honestidad desde la Secretaría de Hacienda si el propio jefe de los empleados de la aduana, Luis Videgaray tiene una casa de campo de 7 millones de pesos que la empresa HIGA le vendió muy por debajo de su valor y encima a crédito con tasas de interés muy por debajo de las que rigen el mercado? ¿Cómo promover la honestidad si Videgaray tiene además un jardín de 1500 m² por valor de 3 millones de pesos que dice le renta la empresa HIGA? ¡Y esa es sólo su casa de campo, su casa con alberca para relajarse en sus tiempos libres!
Enrique Peña Nieto y Luis Videgaray han puesto muy en alto la bandera de la corrupción y con su ejemplo han dado el banderazo de salida para que todo mundo robe a manos llenas. Sus subordinados en las aduanas de Ciudad Juárez son «modestos», se conforman con el vino decomisado, diversos artículos robados al citado migrante y $53,000.00 para regresar una camioneta que con esfuerzo y trabajo éste mexicano compró en Estados Unidos. Perseguidos como si fueran delincuentes en territorio norteamericano y extorsionados en su propio país como si fueran contrabandistas, ese es el trato para quienes con su trabajo envían dólares a México salvando del desastre absoluto a la economía mexicana. Ya es hora de no tolerar ni un abuso más. Los migrantes deberán organizarse para viajar en grupo para protegerse de este tipo de arbitrariedades, mientras logramos correr a este «gobierno» voraz y rapaz corrompido hasta la médula.
«El pueblo tiene derecho a vivir y a ser feliz».
Gerardo Fernández Noroña.
México D.F. a 8 de febrero de 2015.
