México, 3 de marzo 2015 (NOTIGODÍNEZ).- Cinco días después de haber expresado en Facebook su «sufrimiento por estar entre indígenas» y no en Europa, Liliana Sevilla Rosas renunció al hueso como directora del Instituto Municipal de la Mujer en Tijuana, Baja California.
El pasado 26 de febrero, la mujer publicó una imagen en su cuenta de esa red social con el mensaje «Que tal si lo mío está en Europa y yo aquí sufriendo con estos indígenas», desatando una ola de repudio por parte de sus seguidores y otros usuarios de Facebook, quienes la acusaron de racista, xenófoba y vividora que ataca a quienes le dan de comer.
Minutos después de publicado el mensaje racista, la entonces «titular» del Inmujer municipal reaccionó contra las críticas exigiendo «respeto a sus publicaciones» y llamando a que «si no les gustaba lo que leían, que entonces la borraran de sus contactos en Facebook».
«No voy a discutir yo no entro en sus muros a opinar sobre sus publicaciones y opiniones si les molesta bórrenme de sus contactos que fácil es estar opinando sobre mis acciones (sic)”, atizó. Incluso, recomendó a sus seguidores que “no sean tan intensos, sonrían de eso se trata (sic)”.
En seguida, borró la publicación e intentó ofrecer una disculpa, sin embargo la captura de pantalla del post ya se había reproducido y viralizado en otros perfiles, llegando hasta los medios de comunicación. Presionada por las críticas y el repudio en redes sociales, Liliana Sevilla Rosas anunció esta mañana que deja su cargo al frente del Inmujer para «no afectar la marcha del gobierno municipal».
No obstante, ya había quejas de todo tipo contra la ex «funcionaria» desde antes de su escándalo racista en redes sociales. Una de las exigencias públicas para que renunciara fue de parte de Javier Ceseña, miembro de la comunidad kumiai de San Antonio Necua en Ensenada y director del Instituto de Culturas Nativas de Baja California.
El diario Excélsior informó que durante la gestión de Sevilla Rosas hubo señalamientos sobre mal manejo de recursos del Inmujer, cuando su entonces «novio», el priista Carlos Bustamante Anchondo, era «edil» de la violenta ciudad de Tijuana.
Liliana Sevilla rindió protesta como titular del instituto en diciembre de 2013, jurando «austeridad, sobrada responsabilidad y poner su trabajo al servicio del bienestar de la mujer tijuanense”.
En su perfil de Facebook, la mujer gustaba de publicar fotografías de ella misma posando o maquillándose, como la mostrada en la cabecera de esta nota.