Gerardo Fernández Noroña
El gobierno de Porfirio Díaz, yendo contra nuestra tradición jurídica y la de todos los países del mundo, excepción de Estados Unidos, entregó a finales del siglo XIX nuestro petróleo a las compañías extranjeras.
Tuvo que venir la revolución de 1910 y la asamblea del pueblo que fue el Congreso Constituyente de 1917 para que con el artículo 27 constitucional, se recuperara la riqueza del subsuelo en favor de los mexicanos. Se regresaron los minerales, las aguas, el petróleo a dominio de la Nación. Sin embargo, tuvieron que pasar 21 años para que de estar en el papel, la recuperación del petróleo se volviera realidad.
Todos los gobiernos surgidos de la revolución desde Madero, no pudieron recuperar la riqueza petrolera. Peor aún, cada que querían que las empresas petroleras extranjeras por lo menos pagaran impuestos, se enfrentaban con sabotajes y golpes de estado. A Francisco I Madero presidente de la República y a José María Pino Suárez vicepresidente, les costó la vida este tema.
Hay quien sostiene que a Venustiano Carranza también le costó la vida el enfrentamiento con las petroleras. Álvaro Obregón no fue reconocido tres años de sus cuatro años de mandato hasta que firmó los acuerdos de Bucareli que reconocían a las petroleras como dueños de nuestro petróleo pasando por encima del artículo 27 constitucional.
Fue hasta 1938 que el General Lázaro Cárdenas del Río recuperó la riqueza petrolera para nuestro pueblo expropiando a las empresas extranjeras que se negaron a acatar un fallo de la SCJN en favor de los trabajadores petroleros mexicanos. La Corte entonces no estaba integrada por una pandilla de canallas.
Jesús Silva Herzog, Efraín Buenrostro y Mariano Moctezuma hicieron el documento base para la realización de la expropiación petrolera con un diagnóstico extraordinario de los agravios de las empresas extranjeras en contra de nuestro país.
No desarrollaré acá todo el suceso histórico que abrió la puerta a la expropiación de las empresas petroleras. Sólo recordaré aquí que el presidente Lázaro Cárdenas estaba dispuesto a quemar todos los pozos petroleros antes que regresárselos a las empresas extranjeras si se daba una invasión del ejército de Estados Unidos en defensa de sus empresas petroleras.
La expropiación y lo que siguió después no fue sencillo. Hubo un embargo económico de Estados Unidos hacia las exportaciones petroleras de nuestro país. Se nos bloqueó para evitar que entrara a México un solo tornillo, refacciones o equipo a las empresas petroleras expropiadas.
Queriéndonos hacer un daño nos hicieron un bien. Los trabajadores petroleros mexicanos hicieron la hazaña de poner en pie a Petróleos Mexicanos y los gobiernos nacionales encauzaron al abasto interno la producción petrolera y sentaron las bases para el proceso de industrialización y desarrollo económico nacional.
Antes de que Enrique Peña Nieto regresara el petróleo con su reforma energética a las empresas extranjeras, Pemex era la empresa 36 del mundo. Producía-extraía-2.5 millones de barriles de petróleo crudo al día y antes de la caída del precio del petróleo se le estaban ganando 90 dólares en promedio a cada barril. 225 millones de dólares diarios. 82 mil millones de dólares al año. Un billón 76 mil millones de pesos al año al tipo de cambio de $13 (más de 1 millón de millones de pesos al año).
Pemex le dio el país del año 2000 al 2012, 687,000 millones de dólares. Por si esto no fuera suficiente, Pemex aporta el 40% del presupuesto nacional: una de cada tres escuelas, uno de cada tres hospitales, una de cada tres carreteras han sido construidos con dinero del petróleo. 40% del presupuesto de cada municipio, de cada escuela, de cada hospital, de cada estado, del país completo sale de Pemex. Bueno, hasta 40% del monto pagado por el nuevo avión que usa Peña y de su sueldo, sale de Pemex. 40% de los ingresos de los diputados y senadores vendepatrias que votaron por entregar el petróleo a las compañías extranjeras sale de Pemex.
Es suicida y es una tragedia enorme la entrega del petróleo a las empresas petroleras extranjeras. Debemos recuperarlo nuevamente. Debemos hacer una hazaña tan grande o más a la realizada por el General Lázaro Cárdenas del Río y por el pueblo de México a finales de los años 30’s.
Hoy, en la farsa de conmemoración de la expropiación petrolera, Enrique Peña Nieto declaró que habría que blindar a Pemex del crimen organizado. Él y su desgobierno son el crimen organizado. Él y su desgobierno son los vendepatrias que han traicionado al pueblo y han violentado el artículo 136 constitucional.
Como lo dice el citado artículo 136: la Constitución es inviolable y si un gobierno llegase a ejercer en contra de sus principios, todo lo que haga carece de valor. Y una vez que el pueblo recupere su libertad, la Constitución volverá a valer y ese gobierno será juzgado junto con quienes colaboraron con éste. Que así sea.
«El pueblo tiene derecho a vivir y a ser feliz».
Gerardo Fernández Noroña.
México D.F. al 18 de marzo de 2015
