México, 20 de mayo 2015 (NOTIGODÍNEZ).- Veinte años de «políticas» neoliberales rematados por una ola de vandalismo constitucional para liquidar derechos laborales, entregar playas, campo, petróleo, agua, telecomunicaciones y, en suma, desmantelar la planta productiva nacional, han traído como resultado inmensa riqueza para las monstruosas trasnacionales a costa de la quiebra de nuestro país.
¿No que el cacareado «Tratado de Libre Comercio» salinista iba a ser la solución? ¿No que en veinte años se iban a notar los «grandes resultados» para México? Pues ya se están notando, porque la quiebra económica, el desmantelamiento del campo y la dependencia total de Estados Unidos eran los resultados esperados entre quienes se oponían a la aberración del TLC.
Los indicadores de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), muestran que todas las «políticas» neoliberales aplicadas en México son el ejemplo de lo que NO se debe hacer en términos de desarrollo económico. Prácticamente en todo, México es último lugar de la organización: salarios, pensiones, empleo, calidad de vida, productividad, educación, presupuesto asignado a la ciencia y tecnología y un largo etcétera. México no aporta absolutamente NADA a la OCDE, excepto el MAL EJEMPLO.
Y para muestra otro botón. En 2013, México logró ubicarse como el país con menor productividad entre los miembros de la organización. De hecho, según datos de El Financiero, nuestro nivel de productividad está un 60 por ciento por debajo del promedio de la OCDE.
La información proviene del estudio de la organización titulado «México, Políticas prioritarias para fomentar las habilidades y conocimientos de los mexicanos para la productividad y la innovación».
El estudio citado por El Financiero confirma lo anteriormente expuesto, señalando que la brecha se acentuó a lo largo de las dos últimas décadas durante las cuales la productividad en México prácticamente se estancó en relación con los demás países de la OCDE. Esto es, mientras que México registró 0.7 por ciento de crecimiento promedio anual, los demás países de la OCDE crecieron 1.6 por ciento en promedio.
El estudio encontró que México registró incluso una reducción anual del 1.4 por ciento en los factores de productividad total, entre 2000 y 2014, mientras que los otros miembros de la OCDE registraron incrementos.
El rampante desempleo, la mala preparación de los trabajadores y la privatización de la planta productiva nacional –cacareada como la panacea– son los principales causas del estancamiento en materia de productividad. En particular, el bajo nivel de competencia de la fuerza laboral mexicana proviene de la reducción sistemática al presupuesto asignado a la educación y, por tanto, la paulatina privatización del sector.
El nivel de educación de los trabajadores mexicanos, según la experta Gabriela Ramos, se sitúa muy por debajo del promedio de la OCDE, ya que en 2012 el 19 por ciento de los adultos de entré 25 y 64 años de edad tenía estudios de nivel medio o medio superior como su máximo nivel de educación y un 18 por ciento más poseía estudios superiores.
«Parte del problema de la baja productividad es que sólo 20 por ciento de la población tiene educación en nivel medio superior y superior, entonces ahí estamos viendo ya el inicio del desfase, pero incluso la población de 24 a 64 años con un título profesional hay que preguntarnos también qué tanto los que tienen un título están enfocándose a tener trabajos productivos», apuntó citada por El Financiero.
¿Cómo van a tener educación universitaria si no hay acceso a ella? ¿Si 9 de cada 10 jóvenes son rechazados de las universidades públicas y, obviamente, no tienen dinero para pagar una privada? Y aunque tuvieran el dinero, las estadísticas son contundentes: las universidades privadas en México están por debajo de la UNAM y el IPN en calidad y competitividad a nivel mundial.
Ahí tienen los resultados de su cacareado neoliberalismo y sus privatizaciones. «Se los dije», podrán reprochar los hoy abuelos que en su juventud lucharon contra el vandalismo de Carlos Salinas de Gortari y nadie les hizo caso. Si el pueblo se mantiene otros veinte años sumido en el marasmo, los activistas de hoy dirán lo mismo frente al 80 por ciento, o más, de la población en pobreza extrema que seguirá manteniendo al grupete de individuos más ricos del mundo, dueños de las trasnacionales y socios de «políticos» criminales, también en la bonanza.
Ése es el «gran» destino de México, firmado ante notario y cumplido desde ahora en el vandalismo constitucional que perpetraron los firmantes del pacto contra México. En serio, pueblo de México, ¿TE VAS A QUEDAR SENTADO ESPERANDO ESE DESTINO?
Con información de El Financiero