Mientras hijas de Peña viven a todo lujo del erario, niños son explotados en campo agrícola de Coahuila

México, 15 de junio 2015 (NOTIGODÍNEZ).- Que un país como México tenga tanta riqueza y ésta sea acaparada por un grupete de delincuentes, mientras más de la mitad de la población se muere de hambre y los niños son esclavizados, es una afrenta mayúscula. Pero mayor agravio es que el pueblo, teniendo la capacidad para transformar su realidad, no reaccione para poner a esos delincuentes donde deben estar y dejar de permitir semejantes atropellos a la dignidad humana.

Cuando un país está secuestrado por criminales abusivos, no hay estado de derecho, respeto a la ley ni moralidad alguna. En esas condiciones, cualquiera con un poco de poder se siente con derecho a abusar de otros menos favorecidos, y entonces aparecen casos brutales como el presentado hoy por el diario La Jornada.

El citado diario informó que cinco menores de edad originarios de San Luis Potosí trabajaban en condiciones infrahumanas en un campamento agrícola del municipio de Parras, Coahuila, donde vivían en hacinamiento. La empresa propietaria de ese campo no ha sido revelada.

Los menores eran obligados a trabajar diez horas diarias, de lunes a domingo, por 85 pesos al día, según informaron las «autoridades».

«No son trabajadores coahuilenses, pero son trabajadores mexicanos; y en el caso de los niños pues es de verdad unas condiciones terribles de trabajo en las que los tenían. […] Se detectó un rancho en donde se rescataron menores y se están haciendo observaciones muy fuertes por la condición en la que estaban viviendo los trabajadores. Las condiciones en las que estaban son muy, muy terribles, infrahumanas», dijo el saqueador priista del estado, Rubén Moreira Valdez, citado por La Jornada.

Los menores eran esclavizados en un rancho agrícola melonero ubicado en el municipio de Parras de la Fuente. Las «autoridades» informaron que al menos cinco niños eran explotados laboralmente en la pizca de melón, son originarios de San Luis Potosí y trabajaban en condiciones inadecuadas que ponían en riesgo su salud.

Las «autoridades» no especificaron las edades de los menores, pero aseguraron que «no contaban con la edad permitida para laborar», por lo que se encargarán trasladarlos hasta San Luis Potosí para entregarlos a sus familiares. También señalaron que interpondrán una denuncia «contra quien resulte responsable», pero hasta el momento no han dado a conocer el nombre de la empresa propietaria del campamento, lo que significa que en realidad la están protegiendo como en otros tantos casos.

Según conteos realizados en 2009, al menos 20 por ciento de la población jornalera agrícola es menor de 18 años, es decir, más de 433 mil 516 menores de edad realizan algún tipo de trabajo en campos de cultivo.

En abril pasado, el colectivo Tlachinollan dio a conocer la muerte de al menos 40 niños en campos agrícolas de todo el país, de 2007 a 2015, debido a accidentes de trabajo, desnutrición, picaduras de insectos, partos prematuros y falta general de atención médica.

Con información de La Jornada. Foto: Niña cosecha jitomates en Nueva Italia, Michoacán / La Jornada Michoacán

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