México, 21 de julio 2015 (NOTIGODÍNEZ).- Con el asesino de Atenco, Enrique Peña Nieto, el Ejército Mexicano se ha envilecido como nunca y está superando sus peores momentos de la historia: la matanza de estudiantes en 1968 y la guerra sucia de 1971, que terminó con el asesinato del líder normalista Lucio Cabañas.
De acuerdo con la agencia Proceso, el Ejército Mexicano confirmó que sus elementos perpetraron la desaparición y posterior asesinato de siete jóvenes zacatecanos, cuyos cuerpos fueron hallados en días recientes sin vida y con el tiro de gracia. Por enésima vez en lo que va del actual régimen usurpador, militares atacan y asesinan a jóvenes mexicanos en lo que ya dejó de ser un asunto aislado para marcar la clara consigna del régimen peñista.
No obstante, se pretende usar como chivo expiatorio al teniente coronel Martín Pérez Reséndiz y otros tres militares bajo su mando en el 97 Batallón de Infantería, mientras las «cabezas» responsables –Peña Nieto y su esbirro Salvador Cienfuegos– siguen fraguando más represiones y masacres contra el pueblo usando a los mexicanos uniformados del Ejército.
Señala Proceso que los cuatro militares ya fueron puestos a disposición de la Procuraduría General de Justicia Militar (PGJM) por su presunta responsabilidad en el el operativo en el que fueron ‘levantados’ los jóvenes y que se llevó a cabo en el municipio de Calera, Zacatecas.
Sin embargo, según fuentes militares consultadas por Proceso, el mando castrense y sus tres subalternos estarían compareciendo ante la PGJM en calidad de presentados, no de detenidos, por el momento. Pero confirmaron que el mando militar es señalado por testigos y familiares de jóvenes como la persona que encabezó el operativo en el que aparentemente buscaban drogas y armas.
Los informantes del medio detallaron que Pérez Reséndiz y sus compañeros fueron trasladados a Jalisco, en calidad de presentados ante la instancia del Ejército que realiza la investigación.
Por su parte, la Procuraduría de Justicia del estado informó a medios locales que cinco de los siete cuerpos localizados en dos comunidades de Jerez (cuatro cuerpos hallados el jueves y los tres restantes el sábado) ya fueron identificados mediante pruebas de ADN. Faltan los resultados de dos de las víctimas, una mujer y un joven de 17 años.
La «investigación» confirmaría que los siete desaparecidos fueron asesinados de un tiro en la cabeza y abandonados en Jerez, alrededor de una semana después de haber sido sacados de una vivienda en Calera. No obstante, se pretende culpar al teniente coronel y aislar el operativo para plagiar y asesinar a los jóvenes como un caso «atípico», siendo que el Ejército ha estado masacrando civiles desarmados en todo el territorio nacional.
Con información de Proceso